_CAPÍTULO 5_

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Un fuerte sonido resonó a lo largo del amplio corredor.

Quizás era justo el momento adecuado, una linda mujer mayor vino y me vio fijamente con asombro.

 Se levantó las mangas y se tapó la boca.

Era evidente que la comisura de su boca estaba temblando, haciéndola reír.

"Oh, estoy jodida."

Si esto se vuelve un rumor, ¿cómo qué tipo de persona seré vista en esta mansión?

No, viendo la reacción de Asellus, puede  que sea muy tarde.

Surgió la vergüenza y me apuré a entrar a la habitación y cerré la puerta.

Mientras me apoyaba contra la pared, un pequeño suspiro salió.

- ...ah, vamos a calmarnos. Cálmate.

Pero incluso antes de que relajara mi mente, había algo más para asustarme.

- ¡Oye!

Una habitación que estaba completamente pintada de rosa se extendía frente a mis ojos.

Era una habitación decorada con un estilo de princesa.

El papel tapiz está pintado de rosa y dorado, el cual es drásticamente diferente del negro y desolado diseño de la mansión de Austell.

Había encaje a lo largo de la cama, y miles de plumas estaban en capas una encima de la otra.

El colchón con miles de organzas* apiladas hasta la altura de mi cintura.

*Es una tela delgada, transparente, con armadura de lona, ​​hecha con hilo de seda.

Cuidadosamente colocadas sobre la ropa de cama habían incontables flores ingeniosamente organizadas juntas.

De pie al lado del marco de la cama había una pequeña mesita de noche con un candelero dorado equilibrado sobre ella.

No he estado ahí, pero habían muchas cosas lujosas que probablemente se habrían encontrado en el Palacio de Versalles.

Entre estas cosas, una de las más impactantes fueron los muñecos que prácticamente llenaban la cama.

Habían todo tipo de peluches de animales tal como osos de peluche, conejos de peluche, y patos de peluche, así como un muñeco de un chico rubio de ojos dorados.

Tragué mi saliva y lo examiné cuidadosamente, cuál habría sido el motivo de tener este muñeco.

"...este es Asellus."

Veo por qué Asellus me miró cuando decía eso.

Sería aterrador para cualquiera ser tratado de esta manera.

Corregí mis comentarios sobre Avril, quien originalmente pensé que solo era vulnerable.

Ella estaba en las últimas etapas de un síndrome de princesa que sería más severo que el de una princesa real.

Además, sus sentimientos hacia Asellus estaban al límite de la obsesión. 

Ahora que lo estoy pensando, el carruaje en el que viajaba Avril también era rosado.

El cabello de Avril también era rosado.

- Oh, rosado...

Si tengo tiempo después, les pediré que cambien el papel tapiz.

No es que no me guste el rosa, pero la combinación de color de este cuarto me impactó, ya que he vivido toda mi vida en un apartamento que tenía un papel tapiz beige y piso amarillo.

No quiero tener a tu bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora