_CAPÍTULO 14_

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Regresé a mi habitación.

Estaba tan exhausta y mareada que me desmayaría en cualquier momento.

- Oh, he trabajado durante mucho tiempo.

Senna se acercó a mí, que estaba agotada.

Preparó una toalla húmeda y tibia, cubrió mis ojos, y frotó mis hombros.

- Señora ¿está muy cansada?

- Bueno, no. Estoy bien.

- Tome un descanso. La despertaré cuando sea la hora de la cena.

- Gracias.

A pesar de todo, tuve la suerte de que la sirvienta que me atendía fuera amable.

Podría evitar el consumo innecesario de emociones.

Pensé en mi vida diaria en mi subconsciente.

En ese tiempo, deambulaba alrededor de la calle porque no quería ir a casa después de un duro día.

Solo deambulaba alrededor del patio de juegos, me sentaba en las escaleras, y tocaba mi celular, y las personas borrachas aparecían una por una regresando a casa cantando ruidosamente.

Y mi mamá se sentaría en la sala como una estatua de piedra.

Me escondía en la habitación, siempre con cuidado de no perturbar a mi madre.

" ... fue así como así."

Pero ahora, acostada en una cama esponjosa y recibiendo un masaje, es un buen negocio.

Me quedé dormida, dejando mis pensamientos atrás.

- ... ¡señora! ¡señora! Rápido levántese.

Senna me despertó apresuradamente, y salí de la cama sorprendida.

- ¿Qué ocurre?

- Bueno, ya sabe, el joven maestro viene a verla.

¿Qué en el mundo hizo que Asellus viniera a verme?

Me levanté y froté mis adormilados ojos.

Estaba despeinada, pero como soy su amiga de la infancia, esto estaría bien.

Más o menos arregle mi cabello con mis manos y contesté.

- Dile que entre.

- ¿Sí? ¿A la habitación?

- Oh, saldré y me reuniré con él.

Casi cometo un error de nuevo. Me levanté de inmediato y abrí completamente la puerta.

Asellus se paró en la puerta y me miró con un rostro confundido.

Había un puñado de papeles en sus manos.

Lo miré y pregunté.

- ¿Qué te trae aquí?

- Tengo algo que discutir acerca de la boda. Más que eso...

(Avril) - ¿Qué?

- ¿Qué te pasa de repente?

Asellus preguntó con una mirada muy cautelosa.

Sus ojos eran tan fríos como siempre, pero él estaba un poco preocupado.

Parecía estar mirando si estaba enferma o no.

¿Qué pasa con él? ¿O hay algo malo conmigo?

Me volví hacia Senna.

Entonces ella corrió a toda prisa y tocó mis ojos ligeramente.

Senna susurró en voz baja a mi oído.

- No, tiene mocos en los ojos.*

[*Yo los conozco como cheles pero en otros lados también se les dice legañas.]

Su tez se puso blanca por el miedo.

Estaba preocupada y no tenía idea de lo que estaba pasando.

"Esto pasó por la falta de sueño."

No tenía que mostrar una perfecta figura en mi matrimonio de todos modos.

Sin embargo, Asellus y Senna pensaban distinto.

Después de mirarme, sus expresiones cambiaron, y empezaron a asustarse.

- ... ¿Dónde te sientes enferma?

- ¡Con razón! Estabas diferente a antes. ¿Por qué no sabía eso?

- Senna, ve a buscar un doctor.

- ¡Sí, joven maestro!

Dos personas hicieron un escándalo y se volvieron locas.

Era como ver un sitcom.*

[*Es un tipo de comedia con características definidas, como risas grabadas o que son de bajo presupuesto.]

"¿Están haciendo todo este escándalo cuando todavía estoy viva aquí?"

Me volveré loca.

Incluso Senna estaba angustiada y se apresuró a salir de la habitación. 

Parecía que iba a llamar al médico, e inmediatamente agarré su mano para detenerla.

- Cálmate. Cálmense todos. 

Entonces, Asellus dijo apresuradamente.

- ¿De qué estás hablando Vrill?, debes estar enferma ahora.

- Es cierto. Señora, solo espere un minuto. ¡Llamaré al mejor doctor del territorio de Austell!

- Bueno, está bien. Estoy bien.

Traté de calmarlos, pero no creyeron en mis palabras.

Inevitablemente, levanté la mano de Asellus y la llevé a mi frente.

A diferencia de mis pequeñas manos, su mano cubrió la mitad de mi cara.

- ¿Qué piensas? ¿Realmente crees que estoy enferma?

- ... no tienes fiebre, pero debe haber un problema mental.

Senna cerró su boca ante el murmuro de Asellus. Ella murmuró con una mirada de desesperación en el mundo.

- Eres una enferma mental...

Ella estaba a punto de derramar lágrimas.

Mientras tanto, yo estaba rígida porque toqué a Asellus.

Probablemente mi expresión también es rara.

"Ugh."

Mientras tanto, sus expresiones también se volvieron cada vez más serias.

"Es como si sus corazones estuvieran sobrecargados con pesar."

Mi boca se abrió después de todos los esfuerzos.

Suspiré y señalé el sofá.

- ¿Te gustaría sentarte por ahora?

- ¿Quieres que me siente en tu habitación?

- ¿Por qué, hiciste algo raro?

Asellus me miró con ojos cautelosos, entonces sacudió lentamente su cabeza.

Luego entró en mi habitación con una expresión de impotencia.





No quiero tener a tu bebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora