Hoseok es un joven que nunca ha experimentado la tranquilidad, toda su vida a visto y sentido seres espirituales, los cuales no siempre son buenos. Sin embargo al cumplir los veintiún años decide ir a un retiro donde espera que las oraciones aparten...
"Represento la promiscuidad de las almas que enferman de paz. Me presento, soy la libertad de tu cuerpo y no cobro con fe" Mago de Oz
─ Eres un hermoso niño. ─ dijo aquella sombra mientras el pequeño de cinco años tenía un balón en las manos, vestía de un pantaloncito corto blanco de tirantes amarillos camisa blanca al igual que sus calcetines. Era una pureza radiante la que emanaba de aquel niño, soltó el balón el cual rodó por las escaleras del parque. Sintió escalofríos al ver aquella sombra de alas negras.
─¿Quién eres? ─ preguntó con miedo, la sombra se alejó y no volvió a ver por un tiempo, pero que a menudo, el pequeño, se despertaba llorando y su madre lo abrazaba dándole alivio. Sin embargo, a los ocho años, mientras acampaba con su familia en el bosque lo volvió a ver. Se escondió tras el árbol más cercano, la sombra sonrió y el escalofrío recorrió el cuerpo del pequeño. ─¿Qué quieres?
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─Hoseok... Se escucha tan dulce... ¿Qué quiero de ti? ─dijo en un tono malicioso y perverso, se acercó al pequeño y este se asustó cuando sintió un roce en su espalda que se deslizó por sus piernas.
─ ¡Tengo miedo...! ¿Quién es?
─Soy quien te mostrará el placer... Poco a poco tú serás mío.
El pequeño inocente no tenía conciencia del placer al que se refería la sombra, esta lo rodeó y el pequeño pudo ver unas alas negras y unos ojos que parecían en llamas. Tembló y gritó sacando una cajita que su madre le había dado, cuando un denario salió de aquella cajita tocando las alas de aquel demonio este sintió llamas que lo consumían y se alejó.
Hoseok corrió como si su vida dependiera de ello, pues así era. El demonio no le bastó y encolerizándose siguió a la familia, Hoseok iba en los brazos de su madre cuando el auto se dio vueltas cayendo por el risco, Hoseok gritó cuando vio la sangre en la cabeza y el cuerpo de su madre, creyó que era su fin, pero de pronto un espíritu distinto lo tomó en brazos.
─Tranquilo, Hoseok, se ha ido. ─Hoseok sintió que era depositado sobre la hierba, su cuerpo estaba dolorido, entre abrió los ojos y lo vio haciendo una pose y sonriendo.
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