Te amo

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Hoseok estaba en el parque viendo a los niños jugar, Jimin y Jungkook les acompañaban mostrando sus dotes de futbolista. De pronto sintió que alguien estaba a su lado, este le rodeó los hombros con su brazo y sonrió al sentir aquella cercanía.

— Verte sonreír me da tanta satisfacción como una follada matutina.

— ¡Dios! ¿Por qué debes ser tan directo?— dijo Hoseok con las mejillas rojas, luego Taehyung se acercó a su oído y le susurró.

— Te amo. — Hoseok se sintió tan feliz que se giró hacia el viendo su mirada tan sincera y sin pizca de duda. — Hace tiempo me sentía solo, es cierto que tenía a Jimin, pero no era lo mismo. Yo desde pequeño veía a los espíritus.

Dijo provocando que Hoseok se tensara, pues él también había Sido un vidente de los espíritus desde pequeño. Hoseok se recostó en el hombro de Taehyung y este, mientras observaba a sus amigos jugar, relató su historia, una que no le gustaba para nada.

Narra Taehyung

Tenía dos años cuando ví a un espíritu cerca de mi, siempre estaba a mi lado y yo pensaba que era un familiar. Jugaba conmigo y poco a poco se convirtió en alguien indispensable, sin embargo al cumplir tres años mis primos me rechazaban pues decían que yo hablaba solo y veía cosas malas. No me importó pues tenía a Bogum, era mi mejor amigo y jugaba conmigo sin importar que fuese mayor que yo.

Un día ví a mi madre llorando y le pregunté el porqué lo hacía. — Tae, ve a tu habitación.

— Mami, no quiero que llores.

— ¡Ve a tu habitación!— me gritó y sentí escalofríos pues no era ella misma, sus ojos se notaban negros, en mi inocencia pensé que solo era el reflejo de lo que yo sentía. Bogum me dijo que huyera y me escondiera, pero me quedé y Vi a aquel ser horrible entrar en mamá... Intenté irme y fue cuando llegó la familia de Jimin.

Ellos eran amigos de mis padres y por primera vez conocerían a su hijo. Mi padre abrió y luego mamá salió de la habitación, estaba cubierta de sangre... Se había alimentado con mi hermano, lo había asesinado.

— ¿Amor? ¿Qué sucedió?— preguntó mi padre, yo me acerqué a Jimin por instinto y percibí que era como yo, él fue tras de Bogum al igual que yo. Solo escuchamos los gritos de nuestros padres, luego todo se sentía caliente y Bogum nos llevó al cuarto de baño. Vimos a mamá tomar un cuchillo y nos siguió, Bogum nos encerró en el baño abriendo la regadera y llenando la bañera. Cuando nos encontraron estábamos solos abrazados en la bañera.

Despertamos dos días después y dijimos lo mismo que un espíritu malo había asesinado a nuestras familias, fuimos enviados a un orfanato dirigido por el padre August, era joven y alegre. Cuando nos vio se dio cuenta de que poseíamos aquel aura, aquella luz, según él, para ver el mal.  Esa dichosa luz nos hizo solitarios, nadie nos hablaba menos a mi, pues era un tanto superior, Jimin lloraba si ellos le alejaban cuando jugaban, pero yo les hacía la vida triste.

Siempre les inventaba de algún espíritu queriendo llevárselo por la noche, entonces me dejaban en paz. Solo el padre August lograba controlarme, él era como el padre o madre que me fue arrebatado por él. Estudiaba todo lo que podía acerca de los demonios, al padre August no le gustaba mi actitud y menos mi obsesión con Diabulus. Trato de sacarme de eso, pero se resignó cuando un chico del orfanato fue poseído por un demonio menor. 

Recuerdo que lo encontré escarbando en el jardín, recitaba una oración, pero cambiaba el nombre de Dios por el de Astarot. Me pareció algo tan profano que me acerqué y lo vi, tenía la misma mirada de mamá cuando le habían poseído. ─ ¡Te mataré!─ Gritó lanzándome con una piedra, el padre August apareció, pero yo me lancé sobre el niño y le coloqué la mano en el corazón.

DiabulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora