Capitulo 2

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Al otro día, Bessie me llevo a la fabrica encubierta.

- Quédate conmigo y sígueme.

- ¿Cuántas personas trabajan aquí?

- Como 500, o 600.

- ¿Y como me veo?

- Bien.

Llevaba puesta una camisa gris y, encima, un chaleco tejido color bordo, una falda morado oscuro y mi cabello estaba atado en una media cola de caballo.

Cuando entramos había que hacer una fila. A cada mujer le revisaban su boca. Todas pasaron excepto una, a pesar de que pidió que no la despidieran, el hombre la obligo a irse y cuando pude ver su cara, note que sus mejillas estaban hinchadas.

- Hey, nueva - exclamo el señor que revisaba las bocas -. Anota tu nombre aquí - señalo un cuaderno lleno de nombres, me dio un lápiz y me anote como "Amber Lee".

- Boca - me ordeno el hombre y la abrí.

- ¿Qué busca? - pregunte.

- Tifus.

Me dejo pasar. ¿Tienen alguna idea de lo que es Tifus? Yo no. El olor a dentro no era del mas agradable y había mucho humo de los fósforos. Bessie me llevo hasta su estación, donde juntaba los fósforos para guardarlos en las cajitas para la venta.

- Pones los fósforos encima - coloco un puñado de cerillos en una tabla que parece que servía para medir la cantidad que iría en cada caja -, los juntas y luego van a la caja - los junto y metió en una cajita -, es fácil.

Lo intente pero falle. La tabla cayo al suelo haciendo un enorme ruido y alguien golpeo nuestra mesa con un palo.

- Te voy a quitar un peñique - exclamo un hombre, parecía ser el que mantenía el orden en la fabrica.

- Discúlpela, señor Crouch, es nueva, esta aprendiendo - me defendió Bessie.

- Entonces que aprenda rápido o a ti también te quitare un peñique.

Levante la tabla y vi que Mae, en otra mesa un poco alejada de la nuestra, me observaba con su mirada amenazante. Se nota que no le agrado ¿verdad?

- ¿Alguien mas quiere menos dinero? - pregunto Crouch y nadie respondió -, eso pensé. ¡Vuelvan a trabajar!

Vi una oficina subiendo por unas escaleras y pensé que seria la de Crouch.

- Tengo que entrar ahí - le susurre a Bessie.

- Es imposible.

¿Debería rendirme? Obviamente no. Así que comencé a observar mi alrededor: dos mujeres pasaban seguido llevando fósforos en un estante con ruedas, varias personas observaban el trabajo de las mujeres, y Crouch pasaba seguido por la mesa en frente de las escaleras que custodiaba, con su bastón debajo del brazo. Mi abuela solía decirme en mis clases de ingeniería y física: "Solo necesitas empezar por algo pequeño, y lograras grandes cosas". Tengo un plan. Dos mujeres con el estante móvil se detuvieron al ver que las mire y les hice una ceña para que sean discretas. Camine rápido y me escondí detrás del estante, llegamos hasta una carretilla con paquetes grandes de fósforos, arriba había una hoya de metal, la empuje, cayo y el estruendo asusto a Crouch, que, al darse vuelta, empujo una canasta llena de cerillos con la punta de su bastón. Mientras estaba distraído fingiendo que no fue él quien tiro la canasta y obligando a las mujeres a que levanten los cerillos, yo entre sigilosamente a su oficina subiendo las escaleras. En su mesa había muchos papeles de ganancias, y algo extraño que encontré fue una caja de fósforos: eran cerillos rojos. Los que las mujeres fabricaban y los que se vendían eran blancos. Detrás de la mesa había una caja fuerte, solo tenia una llave que estaba puesta ahí así que fue fácil abrirla. Dentro habían cuadernos, libros, papeles y un cofre. Tome el libro mas grande, era de registros, no se bien de qué porque no me tome el tiempo de leerlo detenidamente. En la mitad del libro había varias paginas cortadas y un cabello pelirrojo. Sarah es pelirroja. Entonces si robo algo. Guarde el libro de registros y cerré la caja fuerte al escuchar hombres hablando en una sala detrás de la oficina. Me acerque a la ventana enrejada de la puerta para escuchar.

____ Egnatré y el caso de la cerillista desaparecida | Enola Holmes 2 (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora