Capítulo 10

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Observó la maleta por décima vez y deshago la pequeña arruga invisible que veo en la blusa.

¿Necesito un traje de baño?

La pregunta no ha dejado de rondar por mi cabeza desde que le dije que sí iría con él.

Observo la hora. Apenas iban a dar las 8, debía de haber alguna tienda de trajes de baño abierta ¿no?

Estoy a punto de buscarlo en internet, pero algo en la pantalla del celular llama mi atención. Mierda. Mañana me toca llevar a Alison a la escuela.

Salgo del departamento y toco la puerta de enfrente.

—Dakota—Ana sonríe —, pensé que seguías en el trabajo.

—Salí hace unas horas —me pasó una mano por el cuello

—¿Qué sucede?—pregunta ante mi falta de palabras.

—¿Eh?...—doy un pequeño salto en mi lugar—. Solo era, bueno...espera—y la dejó ahí mientras corro hacia mi cama, tomó el celular y lo llamó .

No puedo dejar que Alison se vaya sola a la escuela, Ana acababa de aceptar turnos en las mañanas y su esposo llegaba muy cansado.

Jackson responde al segundo todo.

—No pensé que me extrañaras tan...

—No puedo acompañarte mañana—lo corto.

—Espera ¿que? ¿Por qué?

—Tengo un compromiso en la mañana y... No puedo cancelarlo. Lo siento. —cierro los ojos, a la espera de un reclamo. Después de varios segundos de silencio vuelvo a hablar— ¿Sigues ahí?

—Dakota, si no quieres ir no hay problema. — lo escucho hablar, no se escucha enojado, solo confundido.

—No es eso, esque...Tengo que llevar a Alison a la escuela. No puedo dejar que se vaya sola.

—¿Alison?—pregunta, ahora más confuso que antes.

—Es la hija de mi amiga.

—Está bien.

—¿Está bien?—preguntó.

—Puedo ir por ti después de que vayas a dejarla.

—Pero ella entra hasta las 6.30. Ya seria muy tarde y no quiero retrasarte.

—No me retrasare en nada—asegura—. Todos llegan tarde, una vez que yo lo haga no está mal.

Me quedo observando el piso del lugar.

—¿Estás seguro?

—Claro que sí—responde y podría jurar que lo veo sonreír —. ¿Ya tienes tu maleta hecha?

—Algo así.—le echo un vistazo a la ropa que puse.

—Bien, Yo apenas la haré— suspira—, odio hacer maletas

Alguien toca mi puerta.

—Alguien toca la puerta. Seguro es Ana, la deja allá afuera. Nos vemos mañana

Su risa hace que los vellos de mi cuerpo se erizan.

—No sabes cuánto lo deseo...

Camino hacia la puerta y efectivamente, es Ana.

—¿Todo bien?—pregunta

—Voy a salir en la mañana, pero no te preocupes. Voy a dejar a Alison a la escuela y después de eso me voy.

—¿A dónde vas a ir?—pregunta con una sonrisa.

—A la playa.

—Genial, ¿Ya tienes la maleta lista?

La noche de una estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora