Ya debíamos irnos, pero tenía vergüenza de ponerme mis sandalias otra vez, más que nada porque había otra pareja que estaba esperando y al darse cuenta que habían retirado nuestros platos de la mesa no apartaban su mirada de nosotros.
—¿No puedes ir a distraerlos mientras yo me pongo mis sandalias?
Jackson trata de no reírse.
—Puedo lanzar un plato si lo que quieres es distracción.
—¡No!
Sus carcajadas hacen eco en el lugar.
—No tiene que darte vergüenza ponerte tus sandalias. Todos lo hacemos.
Entrecierro los ojos y él levanta sus manos en señal de rendición.
—Está bien, déjame ayudarte.
Estoy a punto de suspirar aliviada, pero en lugar de levantarse e irse a distraerlos observo como se agacha y toma mi pie derecho entre sus manos junto a mi sandalia hasta colocarlo sobre sobre su rodilla.
—Pero ¿¡qué haces!?—digo aterrada.
—Ayudarte—responde como si fuera obvio.
Me coloca la sandalia y procede a acomodar las cintas que vienen con ella sobre mis piernas, durante el proceso no toca más de lo necesario, solo se concentra en hacer la tarea que se ha puesto. Cuando termina baja mi pie con delicadeza y toma el otro para repetir el procedimiento.
Mi mirada se desvía hacia las mesas de al lado, hay personas que se fuerzan a fingir que no se dan cuenta de lo que está haciendo Jackson, pero hay otras que no, en lugar de juzgarnos da la impresión que les interesa lo que pasa.
Todos tenemos a un chismoso en el Interior.
Termina de colocarme la otra sandalia me da la sensación que se tarda más en bajarla a propósito. Levanta la mirada y me sonríe de forma encantadora.
—Listo.
Me toma de la mano para ayudarme a levantarme.
Sonrió a tal acto, pero trato de disimular observando las ventanas del lugar.
...
—¿Cuánto tiempo duran tus guardias en el hospital?
—A veces tengo guardias de 12 horas, 24 o 36.
—¿Quieres ir a desayunar conmigo mañana?
—¿No vas a estar ocupado?
Él sonríe.
—No te preocupes por mi horario.
—¿De qué color es tu cabello natural?—preguntó abruptamente.
Su sonrisa se ensancha.
—Dice mi madre que es cafe obscuro, pero yo digo que es negro.
Intento imaginarme a un Jackson con el cabello oscuro y a decir verdad, me gusta mucho la imagen que se ha creado en mi cerebro.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Creo que ya que vas a preguntar—me interrumpe con una sonrisa—. Mi agente me dijo que me lo pintara, cree que así podré conseguir más papeles.
Él chico de hace rato llega con el auto.
——¿Te gustó la exposición?—pregunta.
—Estuvo fantástico—sonreí—, ¿sabes si alguna de ellas estaba a la venta?
Había visto varias chicas hablando con una mujer que vestía de traje, le habían señalado una pintura y poco después la pintura ya no estaba en su lugar.
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La noche de una estrella
Genç Kurgu"Un amor frente a una pantalla te lanzará rosas, pero ¿quién dijo que no tendrían espinas?" Dakota está en su primer año de residencia en cirugía plástica, está claro que su prioridad es y solo será su carrera; sin embargo, un paciente llegara a ca...