4-Una visita inesperada

171 14 28
                                    

El español estaba incómodo,  aunque solo se alertó para que aquel alemán pudiera pasar. El otro obvio pasó y solo miró la casa sin decir nada. El español cerró la puerta y lo miraba muy nervioso ¿cómo era que sabía dónde vivía? ¿cómo es que estaba dentro de la ciudad fortificada? El español decidió resolver todas sus dudas, pero antes, había que saber manejar la situación con calma.

Esp: eh... pasa y... siéntate..- lo dijo señalando a sus sofás.

El alemán solo asintió y se sentó en uno de ellos. El español mientras fue a por algo a la cocina, pensando en como hablarle y aclarar todo aquello. Miró al alemán mientras dejaba aquello que había traído en una pequeña mesita que había. Se sentó en el otro sofá que hacía esquina con ese.

Esp: Bueno reich... Como.. Como es que estás vivo...?- intentó empezar por algo... ¿sencillo? Nada de eso era sencillo.

T.R: ni yo se- lo dijo cortante para después comer un poco de lo que había traído el español.

Esp: ¿Y como sabías donde vivo?- lo dijo mirando como comía el alemán, sus dientes afilados desgarraban la comida en cero coma.

T.R: Pone tu nombre en el buzón y era la que estaba más cerca- lo dijo mirando por un momento al español y luego a la tele-¿qué es esa cosa grande y negra?

El español maró a aquello.

Esp: Es... una tele...-dejó de mirar aquél para volver a mirar al alemán.- En fin, ahora te tendrás que ir... te enseñaré donde está la casa de tu hijo...

T.R: ¿por qué no me puedo quedar? ¿vas a echar de tu casa a aquel que te salvó de la muerte?- estilo dijo mirando al español entre un tono de burla y molestia.

Esp: no puedes estar aquí.- lo dijo al igual algo molesto, pero nervioso.

T.R: Ya veo, no sabes agradecer un favor...- desvió su mirada molesto, rodando sus ojos.

Esp: ¡No te quiero en mi casa!- lo dijo dando un no muy fuerte golpe en la mesa.

T.R: ¿¡Que cojones te pasa!?- lo dijo este frunciendo el ceño.

Esp: ¿¡Que que me pasa!? ¿¡Que que me pasa!? ¡Ne pasa que eres un hijo de puta y no te quiero e mi casa!- este lo dijo levantándose. Denuevo llamaron al timbre y el español bufó.- Escóndete.

El alemán se escondió en el baño el cual cerró con llave, el español mientras fue a abrir la puerta. Para su sorpresa se encontró al canadiense, el cual le recibió con su sonrisa característica.

Esp: ah.. Canadá... me pillas algo ocupado...- Este lo sino en un tono cansado.

Can: esque... me preguntaba si podía pasar un rato...- lo dijo mirándolo a los ojos ahora.

Esp: De verdad Canadá, no es el día...- Este fue a cerrar la puerta pero el canadiense se lo impidió.

El mayor de altura tenía arrancada la puerta con el pie y la empujaba a abrirla con la mano.

Can: Se lo que te ha pasado, España...

Esp: Perfecto, pero no es el momento , lo siento!- Estaba algo nervioso, si seguía hablando... no! Ni pensarlo! El otro alemán que estaba en el baño los podía escuchar, no quería que se enterara a de nada.

El canadiense no quiso molestarle mucho y en una el español aprovechó a cerrar la puerta y suspirar. El canadiense se quedó apenado, y más que eso, asustado, no podía volver a casa aún.

En el claro del bosque ||countryhumans|| Canadá x EspañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora