Why isn't it me? [Simarkus]

7. Matar y morir y renacer y vivir

ganaron los pensamientos intrusivos

disculpen si algo de los procedimientos policiacos y las jurisdicciones y eso esta raro o no es realista, es que no soy policia

TW: descripciones de violencia (?), ni tanta

—Reporte de la situación —exige el capitán Allen a uno de sus subordinados, su voz tensa e inflexible es tan sólo levemente opacada por la lluvia implacable que comenzó a caer poco después de que llegaran al lugar. La lluvia nunca es ideal, siempre tiende a volver todo un poco más caótico, pero cuando la comunicación entre un victimario en una situación de rehénes y un mediador se puede ver afectada deja de no ser ideal y se convierte directamente en un problema bastante agravante si no se tiene cuidado.

Por suerte están lidiando con un androide.

Un androide asesino.

Existen muchos tipos de asesinos.

Hay asesinos premeditadores, planificadores, vengativos, pasionales, circunstanciales y situacionales.

Todos esos asesinos son humanos.

Jamás en toda la historia del DPD habían tenido un asesino androide.

Decir que no tenían la más mínima idea de cómo actuar sería quedarse corto.

A Allen no le agradaba en lo absoluto no saber qué hacer, sentir que perdía el control de la situación. Es normal que le angustie, inevitable incluso; pero cuando su trabajo y la vida de una niña pequeña depende de tener el control, sentir que uno lo pierde, o no lo tiene, es espectacularmente estresante.

—Capitán, hay dos modelos PL600 dentro del edificio junto con la rehén. Se hizo una verificación de antecedentes del local y le pertenece a una mujer llamada Edith Thompson, se está buscando una confirmación de que el PL600 no sospechoso sea propiedad de ella, pero tomará unos momentos mientras encontramos el registro de compra bajo su nombre. Este PL600 fue quien hizo la llamada y no parece actuar impulsivamente como el otro. Luce como un androide normal.

Hay dos camionetas policíacas estacionadas frente a la pastelería "Sweet Pleasures" en una de las calles centrales de Detroit, ambas a una distancia prudente del local, en una posición similar a que si se encontrasen flanqueando los laterales del edificio. Toda la zona ha sido rodeada por vehículos oficiales de la policía y gracias a la lluvia torrencial no hay transeúntes curiosos que compliquen más las cosas entrometiéndose en la escena. Hay casi media decena de carpas móbiles que todavía siguen desplegando en torno a las camionetas para evitar que la lluvia intervenga y dañe algún equipo, y Connor y Hank, por algún motivo, se encuentran en medio de toda la acción, como si tuviesen algo que pintar ahí un teniente de homicidios y un androide del mismo departamento. Aunque bueno, técnicamente, era su asesino, y ellos dos son policías antes que nada. Los refuerzos siempre vienen bien.

—No es un divergente —dice Connor, mirando hacia el interior de la pastelería—, quizás pueda ayudarnos si solicitamos su asistencia.

—Buena idea —menciona uno de los agentes de Allen, pero antes de que pueda hacer nada, el teniente Anderson lo interrumpe.

—¿Cómo sabes que no está de su lado? —Hank no puede evitar preguntar, sin embargo, no lo hace de manera desdeñosa, sino con genuina curiosidad—. ¿Qué tal si esta... divergencia es como un virus y se la está transmitiendo?

—No, eso no es... —Connor titubea y de pronto toda la atención está sobre él. Allen luce irritado y ansioso por hacer algo, pero Hank tiene un buen punto y cualquier variable, cualquier factor, cualquier duda, es tremendamente importante ahora mismo, porque podría significar la muerte de una niña inocente y la fuga de una máquina asesina, o la captura exitosa de un defecto de fábrica y el rescate de una vida joven. Si algo llegase a sucederle a la niña y no lograran capturar y neutralizar al androide los medios y la sociedad se comerían vivo no solo al DPD y Allen lo sabe perfectamente. Riesgos no es algo que puedan permitirse en esta ocasión—. No tendría sentido. Si fuese contagioso se habría expandido rápidamente. Un androide promedio entra en contacto con por lo menos ochenta distintos androides cada dos semanas e interactúa directamente con un mínimo de treinta. Esto es un accidente aislado. Al menos por ahora.