Capítulo 28

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-¿Qué es exactamente lo que quieres decirles?- Preguntó Connor al día siguiente cuando nos encontrábamos sentados en el sofá.

Suspiré y sacudí la cabeza. Pensaba que estaba claro.

-Necesito disculparme por lo mal que los traté mis últimos días, necesito decirles lo importantes que son... eran para mí.

-¿Y tienes una forma en la que no tengas que involucrar a tu prima?- Preguntó Daisy sentada a su otro lado en el sofá.

Estábamos planeando lo que haría en el funeral. Daisy se había acoplado a nosotros diciendo que quería ayudar, pero yo no la creía. Para que entendiera todo, tuve que contarle lo sucedido sin emitir las partes de que Connor me quería a mí y a nadie más. Sí, estaba en mi fase de novia celosa.

En ese momento, se me ocurrió algo.

-¡Espera!- Recordé abriendo mis ojos como platos.- Tengo un diario. Allí tengo escritas muchas cosas y siempre me prometí a mí misma que nadie lo leería hasta que muriese. Un poco tenebroso, lo sé. Pero es una especie de... libro en el que cuento todos mis secretos... y no estoy muerta del todo. Se supone que sería para mis descendientes, pero ya que eso es imposible...- Dije sintiendo una punzada en mi corazón. Yo quería tener hijos.- ...podría ser para mi hermana.

-Yo creo que eso podría servir.- Dijo Daisy sonriéndome. Me daban ganas de pegarle un puñetazo.

-Pero allí no tengo escritas las disculpas. Morí antes de poder escribirlo en el diario.- Dije mostrando el odio en mis palabras. Connor se dio cuenta y nos miró a las dos pensando en que quizá Daisy debería irse. Sonreí intentando calmarme.- Al menos hablé de Connor.

Mi novio, en lugar de sonreír como pensé que haría, miró a sus manos apoyadas en sus rodillas y suspiró.

-¿Puedes dejarnos un momento a solas, Daisy?- Preguntó observándola de reojo.

Ella sonrió y fruncí el ceño.

-Claro.- Dijo levantándose. Sus ojos se posaron en los míos.- Nos vemos después, Christine.

Sonreí falsamente y me despedí con una mano. Cuando se hubo ido, Connor fijó su vista en mí enfadado. Le miré sorprendida. ¿Es que acaso había hecho algo malo? Quizá le había molestado que escribiera sobre él en mi diario porque, a decir verdad, lo último que escribí sobre él no fue muy bueno.

-¿Qué pasa?- Pregunté con falsa calma. Estaba ansiosa porque me respondiera.

-¿Por qué te comportas así con Daisy? Ella intenta ayudarte.- Dijo malhumorado.

Solté un jadeo sorprendida.

-Es normal como me comporto. ¿Acaso yo te eché la bronca al decir cosas malas de Wes?

-Ya veo.- Dijo asintiendo con la cabeza seriamente.- Estás celosa de ella. Pero, ¿sabes qué? Que ella no me interesa.

-Lo mismo me pasaba con Wes y no me creíste.- Entrecerré mis ojos en su dirección. No estaba siendo justo.

Aquello pareció provocar su ira.

-¡Eso es diferente! ¡No estábamos en las mismas condiciones! ¡Él podía conseguirte rápidamente, es más, él es quien tuvo primero tu corazón!- Al decir lo último pareció romperse un poco.

Decidí dejar de discutir y lo abracé. Suspiré enterrando mi cara en su cuello.

-Lo siento. Es sólo que... no me fío de ella.- Mi voz salió un poco rara al hablar contra su piel... no-piel.

Connor suspiró y apretó sus brazos a mi alrededor fuerte.

-¿Por qué no? Te dije que sólo somos amigos.- Estuve a punto de replicar, pero mi novio fantasma continuó.- Te contaré cómo conocí a esta familia.

La rarita y el fantasma popularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora