Connor suspiró y agachó la cabeza. Aún no había respondido a mi pregunta. No tenía derecho a aparecer de la nada después de haber jodido mi vida.
-Avalanna habló conmigo. El primer día que fui me contó lo mal que lo pasaste cuando desaparecí del cementerio. El segundo día me dijo que estabas destrozada y que aún me querías. Pero el tercer día...- Cerró los ojos y suspiró. Cuando los abrió, pude ver la culpabilidad en su mirada.- ...me dijo que habías cambiado mucho, que Kate estaba muy preocupada por ti y que le contaba lo que hacías. Que te peleas con tus padres, que no hablas con Kayla porque no te creyó, que te... emborrachas. Y ahora llego y...
Se calló aguantando sus lágrimas. Sabía que le había dolido verme con otro chico, pero no me importaba.
-¿Y qué? No tienes derecho a reclamarme nada. Y si me ves con otras personas te jodes, porque eso es lo que querías. No es Wes, pero es casi lo mismo.- Dije mientras sentía algo de su dolor. Intenté que no me afectara.- Pero sigo sin saber qué haces aquí exactamente.
-Vine a recuperarte.- Mi estúpido corazón se aceleró al escuchar aquello. Lo apuñalé mentalmente por traicionarme.- No quiero que estés así de destruida por mi culpa.
Tragué el nudo que tenía en mi garganta y me crucé de brazos.
-Ya es tarde. Todo lo que había sido perfecto a mi alrededor cuando estabas tú, se ha jodido.
En los ojos de Connor pasaron cientos de sentimientos. Dolor, tristeza, desesperación, culpabilidad, odio hacia sí mismo... Pero también determinación. Estaba dispuesto a no rendirse.
-Pero no pienso irme de nuevo.- Se acercó y trató de acariciar mi rostro. En ese momento casi me debilité y le perdoné. Casi...- Cuando me enteré por parte de Ava de que vendrías a esta fiesta, no esperé más. Necesitaba volver contigo. Protegerte, salvarte. Y creo que llegué justo a tiempo. Lo digo en serio y a lo mejor no me crees, pero yo te amo y quería lo mejor para ti. Sin embargo, me he dado cuenta de que no puedo dejarte porque es muy doloroso. Por favor... vuelve conmigo.- Susurró ofreciéndome una mano.
Suspiré y le traspasé para llegar hasta la puerta. Connor se encogió y se dio la vuelta para mirarme.
-Vámonos a casa.- Dije antes de abrir la puerta.
Él también suspiró y me siguió. Caminaba cabizbajo a mi lado, sabiendo que había fracasado en su intento de recuperarme. Todo en él demostraba tristeza. Yo, en cambio, me alegré de algo: mi madre no me echaría la bronca por beber ya que sólo tomé una cerveza.
Mientras bajábamos por las escaleras, divisé a Kate en la barra improvisada de bar rodeada de chicos. Miré a los ojos de Connor un momento para tratar de avisarle con un gesto de que iríamos hacia allí, pero sentí que volé a otro mundo en cuanto volví a verlos. Aquellos ojos grises rodeados de color negro... Los ojos más bonitos que había visto en toda mi vida.
-¡Ups! Lo siento.- Dijo alguien empujándome sin querer.
Volví a moverme ya que estaba cortando el paso por las escaleras. Con razón aquella chica se había chocado conmigo.
¡Maldito Connor! Siempre conseguía distraerme. Lo peor de todo es que tenía una pequeña sonrisita en su rostro sospechando lo que pasaba.
-¡Kate!- La llamé mientras empujaba a los chicos que la rodeaban para hacerme un hueco hasta llegar a ella.
Algunos de ellos me echaban una mala mirada, pero cuando descubrían que era una chica en un bonito y sexy vestido, me sonreían, guiñaban sus ojos y soltaban varias frases consiguiendo que Connor les mirara furioso. Nunca le había visto así. Parecía un perro rabioso y lo peor de todo, para él, era que no podía atacarles.
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La rarita y el fantasma popular
Paranormal¿Nunca has sentido que no estás sólo del todo? ¿Nunca has sentido a alguien a tu alrededor aunque no puedas verlo? Tranquilo, no estás loco, alguien está ahí de verdad. Pueden recorrerte escalofríos, puedes sentir un soplo de aire contra tu oído, pu...