PROYECTO MENTE 🧠 EL MAL DE VIOLETA[BORRADOR][+21]

🌌~8~🌌

Los golpes en la puerta del baño son demasiado molestos, es Eiden quien está como loca por entrar y por primera vez me he adelantado a cualquiera de las dos.

—Violeta como tumbe la puerta y entre, te voy a matar.—me río mientras termino de lavarme los dientes.

—No seas dramática que ya salgo. Y si no la próxima te levantas antes.

—¿Me estás tomando el pelo? Haz el favor de salir ya.—al abrir la puerta gruñe mientras gesticula como si me quisiera ahogar y después me empuja para encerrarse ella.

Hoy no iba a ir al hospital, aprovecharía para ir a consulta con un neurólogo de manera externa. Estaba cansada de los mareos y necesitaba saber qué me ocurría.

En la sala de espera hay demasiada gente, con la identificación colgada me permito el atrevimiento de pasar a la zona de recepción para preguntar por el doctor.

—Buenos días, soy Violeta Arbuaz, residente de Neurocirugía. Tengo cita con el médico Miguel Gallardo.—Las técnicas revisa las lista que tiene en la mesa.

—¿Está segura que su cita era hoy?—Usa un tono de voz desagradable mientras golpea los folios con un bolígrafo, un ruido detestable que perfora mis tímpanos.

—Sí, ayer me llamaron para concretar la hora. Pregunté dentro.—Ella se levanta irritada, mientras espero a que regrese compruebo los mensajes en mi móvil.

*[Claid]: Olet, no se nada de ti. ¿Estás bien?*

  *No me ignores*

  *Llamame cuando leas esto por favor🙏🏻*

  *Olet*

  *No olvides que hoy te toca venir a
trabajar*

   *Allí no podrás ignorarme...*

Cansada decido ignorarlo, antes de apagar el móvil veo la palabra escribiendo...  Paso de ver nada, un carraspeo hace que guarde el teléfono y mire a frente. La mujer con cara, de pocos amigos, se acerca a mí.

—Pasa al consultorio 12, allí te atenderá el médico.—asiento antes de marcharme por aquel corredor que en este momento veo como el lugar más turbio, no sé si es por la escasez de luz o la vejez que consume el lugar... pero parece el final de mi vida.

La puerta se encuentra abierta, toco a la puerta y una voz grave me invita a que entre. Observo hacia los lados para darme cuenta de que todo está igual de corrompido que en el exterior, es asquerosa la dejadez que hay. Sentado detrás del amplio escritorio hay un hombre de aspecto cansado y pelo canoso que me recibe. Intento relajarme y con cautela me siento en la silla.

—Buenos días, Violeta, es un placer conocerte. Hernán habla muy bien de ti, por lo visto tienes unas notas y unos conocimientos que muy pocos consiguen.—me sonrojo por sus palabras, trago saliva antes de asentir.

—Gracias.

—Bueno, veamos las placas y el resto de tu historia. Por lo que me han comentado has tenido varios síncopes en poco tiempo, y fuertes dolores de cabeza. —se toma su tiempo en comprobar los informes en el ordenador.

—¿Has recibido algún golpe estos días en la parte occipital?— ante esa pregunta frotó mi nuca y después niego.

—Lo cierto es que los dos golpes que me he dado en la cabeza, es en la parte frontal del cráneo—. Entonces acaricia su mentón mientras continúa pensativo un rato más.

—Es extraño, veo algo en las imágenes del TAC.

—¿Puedo verla?—gira la pantalla para que pueda observar lo que se ve. Me desconcierto cuando veo la oscuridad como un manto sobre una zona que debería ser activa. Me asusta que me esté apagando y quede inerte como un vegetal bajo la tierra, absorbiendo a cuenta gotas una vida que se pierde.