Llevo demasiado rato mirando la pantalla, intentando comprender como aquella oscuridad sigue creciendo en mi cabeza. Pero al ver las imágenes guardadas, la actividad cerebral aumenta sin control mientras me mantengo dormida.
—¿Qué me ocurre? — Susurro, mientras mordisqueo el lateral de mis uñas.
—Te estás apagando, solo se activa mientras duermes. O, mejor dicho, cuando sueñas. —Señala justo el momento que se manifiesta la actividad en la pantalla, la observo con detenimiento. —Ves, es tan grande que cuando dejas de soñar, todo se detiene. Pero la mancha ha aumentado.
—Pero, ¿y qué pasará si cubre la mitad de mi cerebro? —Pregunto con preocupación. El especialista me mira con temor, su respuesta está escrita en sus ojos. Es un claro reflejo de lo que no sabe cómo contestar.
—Estoy seguro de que sabes la respuesta, no necesitas que nadie más te lo diga. — de pronto, unos golpes en la puerta, llaman nuestra atención. Una enfermera del equipo de la unidad del sueño, asoma su cabellera rubia por el umbral de la puerta. Antes de hablar, carraspea un poco.
—Doctor, buscan a la paciente. Su acompañante pregunta si puede pasar.
—¿Acompañante? —me extraña. —He venido sola. — la chica se encoge de hombros. — la chica sale, escucho un murmuro en los que la otra parte insiste en pasar.
—¿Entonces qué hago? ¿Le dejo pasar? El hombre, insiste, dice ser compañero del complejo. Viene del Hospital General. — no quiero comprometer más a la joven, sé que es Hernán quien está al otro lado.
—Ahora salgo, que espere fuera. —Por mucho que quiera pasar, me niego, a ceder a sus caprichos. Fue el quién no llego a tiempo esta mañana. Y es que por algo que no llego a entender, cada vez que nuestro contacto se hace más cercano, él sale corriendo.Compruebo una vez más la pantalla, me quedo absorta en las líneas de colores vivos que aparecen en la pantalla del ordenador. Las corrientes eléctricas de mi cerebro me mantienen distraídas.
—Señorita Arbuaz, debería de quedarse ingresada. — las palabras del doctor son como un jarro de agua fría, no quiero permanecer aquí aislada de todo. —No es algo que deba de pensar mucho, no sabemos si podrá despertar la próxima vez. —trago saliva. Es una verdad cierta y dolorosa, sé que debería de escucharle. En tan solo unas horas, mi vida se había modificado y podría perderlo todo con cerrar los ojos.
—Deme unos días, estoy en mi último año de residencia. Con algunos exámenes pendientes y un trabajo nocturno. — hablo con rapidez, nerviosa por este atropello de posibilidades.
—Hagamos una cosa, venga dos días a la semana a dormir aquí. La controlaremos así al principio. — asiento, acepto la opción que me brindan y acto seguido salgo por la puerta contraria para cambiarme y recoger mis cosas.
En la habitación, en el pequeño rincón, espera Hernán. Me quedo en la puerta, manteniendo la distancia, me quedo observando como levanta la cabeza despacio para mirarme. Me percato de la preocupación en su mirada, la claridad de sus ojos se pierde en un gris amargo y doloroso.
—Yo... Lo siento. Es que...— alzo la mano y cierro el puño, para acallarle. Como un director de orquesta, dejando caer el brazo, reposando en el lateral de mi cuerpo.
—No me apetece escuchar excusas. — replico caminando hacia la mochila, para revisar el móvil. Entonces veo las llamadas perdidas, los mensajes que ignoro. Abro el chat donde está el nombre de Claid.
—*[Claid]: Eres una rencorosa. Por una vez podías ser tú la que vinieses a mí, queriendo solucionar las cosas. *
—*Vale, puede que me haya pasado un poco, por favor vuelve al club... Estos idiotas no saben ni hacer un pedido en condiciones. *
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PROYECTO MENTE 🧠 EL MAL DE VIOLETA[BORRADOR][+21]
Mystery / ThrillerLa callada Violeta lleva noches inquieta sin poder conciliar el sueño, una sensación perturba su calma. Pesadillas que impiden su descanso la visitan cada noche, unas extrañas donde un chico llamado Hugo muere asesinado de una forma horrible. Esos...