Decimos que las bestias son salvajes. Que los monstruos son de nuestros sueños. Que nuestras pesadillas no son reales. Decimos estar sanos, decimos estar bien... ¿Pero hay algo más allá? ¿Y si los monstruos sencillamente no están entre nosotros, pero existen?
Conocí una civilización. Una vez leí sobre ella, en un libro olvidado, de una biblioteca que fue quemada... La acusaban de herejía, la odiaban por lo que decía. Le temían por lo que profesaba... Pero todos los temores vienen de algo que creer. E incluso si se cree en una mentira, esa mentira se construye sobre una verdad.
Ese libro me dijo muchas historias. Me contó sobre seres, me habló de pesadillas. Susurraba horrores, gritaba terrores, pero sobre todo, callaba mentiras. Una de esas bestias no tenía nombre, así que por ahora, lo llamaré Abzú. Me dijo que existió, existe y existirá. Que es un horror que vive mientras haya algo que pueda morir. Es el temor. Pero es también el valor. No es la muerte, porque es algo más cercano. No es un sentimiento, porque es tangible. ¿Será una de las parcas? ¿Un ángel de la muerte? Al día de hoy me pregunto eso... Dicen que su alma no es real. Es una mezcla horrible de vidas segadas y apagadas, que de una forma u otra fueron atrapadas. Miles de almas atrapadas en un solo ente. Una criatura que vaga por el mundo, riendo y gritando en silencio, es un grito terrible, que sólo escuchan los enfermos y los muertos. Pero los guerreros escuchan su risa. Los guerreros ansían la muerte, la suya y la de los otros. Esa risa es... Es un empujón. Los jala. Los atrae. Y los libera. Los hace luchar hasta la muerte, riendo y gritando como demonios. Este ser grita y ríe. Grita para asustar y ríe para exaltar. Pero ni sus gritos ni sus risas son reales. Ese ser está en todos nosotros y en ninguno a la vez. Se arrastra con su única mano, que carga con todas sus caras, que gritan y ríen, para que solo los que van a morir los puedan escuchar.
Es hijo de la vida y hermano de la muerte. Es el temor y el valor. Es la rivalidad y la enfermedad. Es todo aquello que lleva a las vidas a ser segadas. Tiene historias, muchas historias, de guerreros que lucharon con sus últimas fuerzas. El gran Autin Juliek, quien con su lanza atravesó el corazón de tres falsos profetas, antes de que veinte flechas le arrancaran el aliento. Dicen que Autin reía y gritaba mientras luchaba con los espíritus y la magia de los profetas, empuñando la lanza como si fuera un tercer brazo. Que este ser lo volvió un escorpión titánico que pudo arrancar espíritus de sus enemigos para enfrentar los chamanes y matarlos a la vez. Dicen que sus últimas palabras fueron... "Eres... Repugnante..." antes de soltar una risotada y morir.
Dicen que el emperador Teralo Kray enfermó durante una guerra. Que no podía ni respirar sin sentir un dolor atroz. Que su piel era como papel seco y sus ojos eran tan secos como piedras. Que ni siquiera podía llorar del dolor, porque esto lo llevaba al terror y un sufrimiento imposibles. Dicen que su hijo recorrió tres mundos con tal de encontrar una cura, pero al hallarla y llevarla con su padre, este solo pudo girar su cabeza en dirección a su hijo, y decir con sus últimos aires... "Ya le perteneces" antes de morir en su cama, con sus huesos reduciéndose a un polvo fino y que se desvaneció en el aire.
Dicen que durante la caída del imperio, cuando este se redujo a un puñado de fieles vagando por el mundo con sus pocas monedas que les permitieran recordar su mundo, se escucharon gritos por todos los pueblos, que nadie pudo dejar de oír llantos o gritos, incluso algunos se cortaron sus orejas creyendo que eso silenciaría el horror, mientras los dioses lanzaban plagas y desastres sin piedad. Que todos y cada uno de los habitantes del imperio, antes de morir, vieron una masa... Vieron la carne, vieron la cara de todos aquellos que alguna vez desaparecieron por su culpa y rieron. Rieron como si estuvieran locos y desearan dejar de reír... Antes de morir.
Pero claro... Esas son solo historias. Historias de un libro olvidado de una biblioteca quemada... ¿Quién sabe qué clase de historias recuerdo? ¿Quién sabe qué otros seres eran susurrados por esas páginas? Tal vez yo. Tal vez tú... Pero recuerda. Sea real, sea falso o sea ambas... No escapes de la risa. No escapes de los gritos. Es algo más fuerte que el destino, es tu alma siendo reclamada por el segador. Es tu alma siendo tomada, antes de que sufra tanto como tu cuerpo.
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Relatos varios
RandomFanfics, dedicaciones e historias que se me ocurren de vez en cuando. ¿Quieres una historia? ponte en contacto conmigo, y en una semana o dos, tendrás un bonito texto de dos a cinco páginas basado en tu pedido. Desde relatos cortos llenos de intriga...