Salto de Fe

Capítulo 2: Mamá, ¿qué hace mi ex aquí?

Valeria Castro.

Me gustaba ir a visitar a mi abuela y a mis primos, recordar viejos tiempos y olvidar el estrés de la universidad.
Volver después de haber cancelado los últimos dos semestres no fue nada fácil, se sentía como si hubiera vuelto al principio y era mucho peor si no tenía a mis viejos amigos conmigo. Entonces el viaje de visita a mi abuela sirvió de mucho.

Lastimosamente no me preparé para encontrarme con mi ex novia saliendo de mi baño.

Su cabello castaño claro estaba más corto; un poco más abajo de sus hombros, estaba más delgada, tal vez había hecho ejercicio, sus ojos seguían siendo de ese azul tan brillante que siempre me ha gustado, sus labios tampoco habían cambiado, tal vez que estaban cubiertos por un poco de brillo igual que el resto de su rostro... Al parecer aprendió a maquillarse. También tenía unos cuantos piercings en sus orejas y nariz.

Sofía me miraba algo incómoda, sin saber muy bien que decir. No la culpo; yo estoy igual, no esperaba verla, no después de 6 años.

—¿Ana Valeria? —¡Diablos! mi madre se había levantado y había dicho mi primer nombre, lo odiaba. —Llegaste antes.

—Tenía que adelantar trabajos de la universidad, mamá. —Dejé de mirar a Sofía y la miré a ella. —Hola a ti también.

—¿Qué tal el viaje? —Mamá me dio un beso en la cabeza y yo asentí.

—Cansado, pero se me activó el cerebro ante esta sorpresa. —Volví a mirar a Sofía quien seguía incómoda.

—Pensé que tardarías más en volver, no me diste tiempo de avisar. Sofi es nuestra nueva huésped. —Mamá le sonrió con cariño a mi ex. Aún se notaba que la quería más a ella que a mi.

—¿Por qué? —Pregunté ya aceptando la idea de que mi ex estaba viviendo en mi casa. Más rápido de lo que pensé.

—Ana Valeria, no seas grosera.

—Mamá no me digas así. -Bufé y volví a mirar a la ojiazul. —Solo quiero saber por qué va a vivir aquí si según tengo entendido tu estabas en el exterior.

—No se preocupe, es temporal. —Intenté levantar mi ceja pero lastimosamente no sé como, así que opté por levantar ambas. Volviendo al tema, ¿ella me estaba usteando?

—¿Temporal? ¿Cuánto temporal?

—Lo que Sofía necesite, Ana Valeria. —Dijo mi madre algo molesta. Ay, me van a pegar. —Ahora ve a tu cuarto y desempaca tus cosas, voy a hacer el desayuno.

—No te preocupes, Cristina, desayunaré fuera. —Casi abro mi boca con indignación. ¿A mi madre si le tuteaba?

—Sabes que no es molestia, mi Sofi. —Rodé los ojos. ¿Mi Sofi? Y a mi solo me llamaba Ana Valeria. Traidora.

—Lo sé, es solo que mi mejor amiga quiere que nos veamos y me invitó a desayunar.

—¿Mafe? No la veo hace siglos. —Intervine en la conversación y la sonrisa de Sofía se borró lentamente.

—Te veo más tarde. —Sofía besó la mejilla de mi madre y después me miró a mi. —Hasta luego.

La chica dio medio vuelta y se fue. Yo la seguí con la mirada hasta que desapareció y después me encontré con la seria mirada de mi madre.

—¿Hasta luego? ¿Qué le pasa? —Bufé algo irritada por su actitud.

-No quiero que la hagas sentir incómoda, Valeria. —Me advirtió aquella mujer que se hacía llamar mi madre y yo abrí la boca indignada.