CAPÍTULO DOCE

1.3K 136 0
                                    

A la luz

Rachel James

Desde que llegó esa mujer, Christopher ha cambiado conmigo, no me ha estado haciendo caso por estar mirándola a ella, ya han pasado días desde que nos ha querido dejar al descubierto frente a Bratt. El cual no me ha dejado de hacer preguntas, queriendo saber que era a lo que se refería.

— Amor — escucho la voz de mi novio.

Desvío la mirada del lugar donde me encontraba viendo, pero el se da cuenta y frunce el ceño al ver a Christopher, el cual observa el entrenamiento, que se encuentra siendo dirigido por nada más y nada menos que la capitana Walker.

— Últimamente lo veo cerca de la capitana — dice mirando con gesto desinteresado.

— Si — digo en tono amargo.

— He intentado que ustedes se lleven bien — suspira poniéndose a mi lado —, no pueden estar tranquilos estando en el mismo lugar.

Si supieran las cosas que hemos hecho, estando tú en el mismo lugar.

— Supongo — lo miro.

Me repara con la mirada, rodeándome con su brazo por los hombros, dándome un beso, el cual demoro en responder. Quiero a Bratt, pero el deseo que su mejor amigo despertó en mí, es mucho más, lo necesito conmigo, necesito que me haga suya, el deseo carnal y el amor que ha incrementado con el tiempo, hace que sea imposible de explicarlo.

— Te encuentras rara desde que regresé de la misión hace meses — susurra —. Habla conmigo, amor.

Niego.

— Debo ir hacer mi jornada — digo antes de que siga.

Al salir, desvío mi camino hacia la oficina de Christopher, queriendo hablar con él, para arreglar lo que sea que haya pasado entre nosotros, pero Laurens me impide el paso al llegar.

— El coronel se encuentra ocupado — dice moviéndose nerviosa —, no puede pasar.

Arrugó las cejas, ya que a esta hora es donde él se encuentra libre.

— No te metas Laurens — susurro y la hago a un lado.

Sigue hablando y mientras más me acerco a la oficina, escucho unos gemidos, que me hacen quedar con la mano en la perilla por un tiempo, cuando entro, encuentro a un Christopher de espaldas y sin camiseta, empotrando a una mujer en el ventanal con la falda alzada, por los movimientos y sonidos es evidente que están follando, aunque intenté negármelo, pero se quedan quietos al oír el sonido de la puerta.

— Joder — escucho el susurro de la mujer.

Por la cabellera puedo reconocer quien es fácilmente y que ambos volteen a mi dirección, completamente relajados, hace que mis ojos se cristalicen. Artemisa se acomoda la ropa, al igual que el hombre al que digo amar, la veo dejar un beso en sus labios, al que él corresponde antes de que Artemisa avance hacia donde estoy.

— Interrumpiste un buen polvo — comenta mientras sale de la oficina.

Miro atrás de mí y la puerta ya ha sido cerrada, no hay ninguna Laurens, ni una Artemisa, dejándonos solo al hombre y a mí. Christopher se coloca atrás de su escritorio y abre su laptop como si nada hubiera pasado.

— ¡¿Por qué eres tan mierda Christopher?! — grito.

Algunas lágrimas se me salen e intento limpiarlas cómo puedo.

— Te dije que te amo — sigo — y me dejas de lado desde que ella apareció.

— Tu tenías claro todo Rachel — asegura — Solo era algo momentáneo, para satisfacer nuestras necesidades y ya.

— Tienes miedo de que te quiera, por eso aceptas lo que te dije..

— No lo acepto, porque no siento lo mismo — se para en su lugar — No se mezclan sentimientos para esto.

Su respuesta hace que me comprima todo por dentro, pero sigo insistiendo, queriendo saber que siente por mi.

— Lárgate de mi oficina si ya acabaste.

— ¿Lo nuestro no significa nada para ti? — soy masoquista.

— No — habla seguro —, respete los parámetros de ser simplemente sexo.

— Pero..

— Sal de mi oficina, James.

Lo miro una última vez, antes de salir y me encierro en mi habitación, Luisa hace acto de presencia y le cuento todo lo que ha pasado, empieza a insultar a la capitana y yo no que que hacer para que Christopher ponga su atención en mi nuevamente. No me importa ser la novia infiel de Bratt, solo quiero tenerlo conmigo.

— Debes calmarte, cariño — susurra Luisa —. Si no vas a dejarte en evidencia.

— No me importa — niego —, amo a Christopher.

— ¿Dónde queda Bratt, entonces?

— No lo se — me muerdo el labio —. Lo quiero, pero no como lo quería antes de aquella cena que sacó a flote muchos encuentros que me han dejado desestabilizada.

Recuesto mi cabeza encima de sus piernas y pienso en lo que me costó acoplarme a él, como para que ahora venga ella y me quite al hombre que amo. A mi mente viene la proposición que Bratt me hizo, pero no se lo he contado a nadie, no sé si el sí, pero aún no le he dado una respuesta.

— Déjame sola, por favor — le pido.

Mi amiga deja un beso en mi frente y empiezo a buscar el objeto que se encuentra en la mesita de noche, lo saco y no dudo en ponerlo en mi dedo anular. En estos momentos me importa poco toda la presión que sentiré con la familia Lewis, solo me enfoco en un objetivo. Salgo en busca de Bratt que terminó encontrando en el comedor junto con los demás de la Élite. Artemisa y Christopher también están presentes, pero me dirijo rápidamente hacia mi novio.

— Cariño — se sorprende cuando me ve —, ¿Qué sucede?

No hablo, solo alzo mi mano para que capte lo que tengo que decir, en mi garganta se pone un nudo al no ver la reacción que espero por parte del coronel, Artemisa solo me mira con una ceja alzada. Mi atención se centra nuevamente en Bratt, al oírlo gritar y alzarme frente a todos.

— Habrá boda, entonces — comenta la mujer de cabello dorado.

— Por supuesto — asegura Bratt —. En algunos meses habrá boda.

Se acerca a nosotros y abraza a Bratt felicitándolo, antes de hacer lo mismo conmigo.

— Espero no lo hayas hecho por despecho, bebe — susurra antes de alejarse.

Los demás empiezan acercarse, pero sigo con la mirada puesta en la capitana, que sale del comedor tranquilamente, aplausos se hacen presentes, pero la mirada que Luisa me dedica, quiere decir que sabe la razón por la cual acepté todo este circo.

Lo siento Bratt, debo mover mi última ficha.

★・・・・・★・・・・・★・・・・・★ 

Al pequeño por ahora.

Con amor.

<3


Entre Demonios [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora