CAPÍTULO CINCUENTA

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Solo somos nosotros.
Artemisa Walker.

— ¿Por qué no me contestas? — susurro viendo la pantalla del celular.

No hay ninguna señal de vida por parte de él o de Vlad lo que me hace tener que tragar en seco, mis llamadas son mandadas a buzón cada vez que lo vuelvo a intentar.

Tiro la cabeza hacia atrás adentrándome al apartamento y me voy hacia la cocina, ya que tengo la garganta seca. Hoy de por si, ya ha sido un mal día, todo ha coincidido para serlo. <<Debo mantenerme lejos de los líos>> me recuerdo, pero cuando a mi mente vuelven a llegar las palabras de Laurens, me hace querer ir a matarlo, como hace unas horas, pero logré contenerme y solo le dije un par de cosas a ese pito chico de Scott, también hubo la llegada de los cadáveres de nuestros colegas y se le rindió la despedida.

Me siento tensionada y termino el vaso de agua que me serví para poder dirigirme a mi habitación, pero me quedo quieta por alguna razón en medio del pasillo.

La puerta de mi habitación se encuentra semi abierta, cuando está siempre permanece con llave cuando yo no estoy, llevo mi mano hasta mi espalda cogiendo el arma, empujo la puerta y apunto, pero dejo caer mi mano cuando reconozco quien se encuentra tirado en mi cama como si fuera su casa.

— Te quiero matar...— susurro volviendo a guardar el arma.

— Ambas queremos lo mismo — habla el ruso —. Pero no lo haremos, niña.

Me quito los zapatos para irme al baño.

— ¿Qué te costaba decirme que estaban bien? — cuestiono.

— Pues...nada — habla desde afuera —. Pero es bueno verte ansiosa.

— Ni la rubia se atrevió a llamarme — susurro.

Ruedo los ojos ante lo que escucho y me desnudo para darme una ducha. <<No me importa que el este>> si se siente incomodo que se largue, él fue el que entro a mi casa como un delincuente, cierto, lo es.

Siento el agua hacer contacto con mi cuerpo y es algo que me relaja, las heridas de la misión aun siguen y estas se hacen más visibles cuando el maquillaje ya no lo cubre. Escucho el sonido de la puerta y volteo rápidamente.

— ¡Sal de aquí, maldito! — grito queriendo taparme.

— No es algo que no haya visto...— contesta mientras se recuesta en la puerta.

Chasqueo la lengua al escucharlo y no le presto más atención y termino de bañarme aún con él mirándome, salgo de la ducha y me envuelvo con la toalla que está colgada.

— Смирись с этим, детка.— le sonrío.

— Ты черт, который хочет делать со мной что хочет, а ты не можешь — me quedo quieta al escuchar lo cuando estoy por pasar a su lado.

— ¿Enserio? — cuestiono —. ¿Desde cuando te haces la víctima?

— No te equivoques, cría — me agarra de la nuca pegándome a el —. Aquí el que manda soy yo y tienes que tenerlo claro antes de dar un paso en falso.

Lo quedó mirando a los ojos y los suyos se desvían por mis labios, pero me alejo rápidamente.

— Somos hermanos, acuérdate — hablo.

— Medios hermanos — aclara —. Y eso no pensaste cuando pasó lo de esa noche.

— Esa noche yo no sabía el parentesco que nos unía — lo señalo —. Así que no te olvides.

Entre Demonios [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora