XVI

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Esta noche no he despertado, pues mis párpados se han negado a cerrarse.
He deseado volver a sentir tus uñas sobre mi piel, a notar tu calor en mi pecho y a rozar mis labios contra los tuyos.

Mis pensamientos me han obligado dejar atrás mi cordura y mi locura, se ha apoderado de mi corazón, esperando a que llegues a las puertas de mi odio, para amainar mi tormenta y convertirlo de nuevo, en amor, en el que siempre sentí por ti.

Desde aquí le grito a la Luna, el "Te amo" que nunca te susurré.

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