XXII

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No encuentro a mis musas, llevan tiempo sin aparecer.
Esta noche he movido cielo y tierra buscándolas, pero no he encontrado nada. Es muy posible que se escondan de mi, me tienen miedo, noto los nervios en sus ojos mientras me miran y como las plumas de sus alas lloran desconsoladas mientras las beso, pues siempre que aparecen frente a mí, mi lado más oscuro comienza a brillar.

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