XXIV

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Hoy no ha anochecido, parece que las estrellas se olvidaron de despertar a la Luna en este frío día.

La oscuridad no ha tenido reparo en abordar las viejas calles y las farolas llenas de polvo, no son capaces de iluminar un alma tan hecha añicos.
Se acabaron para este corazón, aquellos días, en los que lloraba, en los que no encontraba su camino, pues su camino fue emprendido por su asesino, por su autor.

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