❝Hace años, en otras épocas las cosas eran distintas. El padre de Jeongin deseaba como primer descendiente una niña, pero ha venido al mundo él.
── Si nace varón, te juro que lo mato con mis propias manos.
Aquí se relata la historia de su vida, en...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
10 de junio del año 1712.
— Sabes como a canela. — Se escucha en medio de aquella tenue y delicada risa que ella ha soltado, la niña Innie se divierte mucho en brazos de su amado, el suave beso que le ha dado a Hyunjin en la mejilla le ha dejado el sabor de la canela metido entre los labios. — A canela y levadura.
Entre risas el panadero asiente, y sin más vuelve a espolvorear el azúcar granulada por sobre los panes de avena que está por meter en el horno. La bandeja está repleta de panecillos circulares, y el aroma que desprende el sitio para la pálida resulta embriagador, la situación es hermosa al verse ellos dos juntos y completamente solos en las partes traseras de la panadería, mientras el noble padre de Hyunjin atiende a la clientela.
Los dos están solos y desde hace un largo rato que Hyunjin se ha tomado la molestia de explicarle a la señorita la manera en que se hacen ciertos panes o galletas; ella aprende con rapidez, se ve emocionada cuando lo puede ayudar y mucho más cuando el joven panadero le halaga sus habilidades y destrezas, Jeongin tiene mucha delicadeza y es minuciosa, justo lo necesario para cortar aquellas galletas de manzana y decorar con crema de gelatina.
Con su bella sonrisa el varón se toma el atrevimiento de abrazarla desde atrás, y deja un beso ligeramente humedecido sobre su mejilla derecha, le da mucho gusto ver como la muchacha esparce las hojuelas de chocolate por sobre el pastel cuadrado que tendrá que entregar pronto, lo vuelve infinitamente feliz tener la ayuda de la niña en su deber del día a día, se siente aceptado por ella y además, puede sentir y darse cuenta que no es menospreciado por ella.
Suelta una carcajada cuando la pilla llevándose los dedos manchados de almíbar a la boca, y la aprieta mucho más en un abrazo besuqueando su rostro con alegría, ella se ríe y se oculta, pero realmente no se niega a recibir el contacto dulce de los labios suaves de su amado. Entre los dos se ayudan para recoger todo, harina, huevos y leche, todo regresa a su lugar en perfecta limpieza y ya solo queda esperar a que el timbre del horno avise a que los panes y galletas dentro de él están listos y que se les puede sacar.
Hyunjin se posiciona detrás del cuerpo de su silenciosa amada, y se deshace del nudo que le ha hecho en el delantal de color salmón que le ha prestado para que no ensucie su bello vestido; le retira con cuidado la prenda para colgarla a un costado del refrigerador industrial, de forma que luego le aparta unos cuantos mechones traviesos de la nuca y se permite dejarle un beso en el cuello, divertido con la manera en la que la pálida se estremece por lo que siente.
Pone sus dos grandes manos alrededor de la cintura de ella, y juntos se sonríen moviéndose lentamente en un vals que no tiene música, no están realmente cerca ya que la niña Innie mantiene la distancia al ponerle ambas manos en los hombros, pero disfrutan de dar un par de vueltas en ese juvenil baile en el que aprovechan de detallarse; como siempre, para Jeongin, Hyunjin luce guapo y principesco, como todo un caballero gallardo, y para este último la pálida se encuentra hermosa y él se toma el largo momento para detallarla a profundidad.
