18 de enero del año 1712.
La respiración suave pero un poco forzosa de Jeongin podía escucharse resonar a modo de eco dentro de las cuatro paredes de la habitación, estaba parada frente al espejo, y vistiendo solo la ropa interior trataba de, como le dijo su madre días antes, aprender a amarrarse el corsé sin ayuda de nadie; claro está que María Antonieta seguía dentro de la habitación, pero podía apreciársela sentada en la cabecera de la cama con los brazos cruzados, analizando casi con burla la manera torpe en que la muchachita trataba de ponerse la prenda bien ajustada.
No por eso dejaba de mirarla. El cuerpo hermoso de Jeongin es algo que pocas personas le han podido admirar; resultaba fácil perderse en esas curvas peligrosas y pronunciadas antes de su cadera, el corsé ciñendo su pecho plano hasta estrecharse en su cintura fina, ampliándose para abrir paso a sus caderas anchas y sus muslos bien llenos de carne, la figura más hermosa de entre las señoritas del pueblo, mejor cuerpo que el de cualquiera de las mujeres jóvenes que eran pretendidas por los caballeros del sitio.
Las íntimas vestimentas que llevaba en esos momentos eran atrevidas, para qué negarlo, el corsé cubierto de encajes y tramas en ese feroz color negro que contrastaba su piel pálida le quedaba espectacular, uniéndose en medio de ese par de elásticos con un gancho plateado al extremo que sostenían delicadamente las medias largas del mismo pigmento por un costado, enmarcando estas los muslos de la niña Innie con un ligero holán. Un liguero sin dudas osado para su corta edad de dieciséis años apenas cumplidos.
Esas pintas se las debía a una celebración que ocurriría por cuenta de su padre, quien había anunciado una repentina fiesta en celebración de una sorpresa para su hija; y no es solo que a ella no le agraden las sorpresas, sino que el presentimiento que le cosquilleaba en las entrañas no era cómodo. Por eso, al amarrar finalmente el corsé había suspirado con pesadez, no queriendo bajar al primer piso donde a aquellas cortas horas de la noche se efectuaba un glamoroso baile en el cual la esperaban ver una buena cantidad de personas. Esperaba ver allí a Hyunjin.
Sin decir palabras dejó caer sobre su cuerpo pequeño la tela pesada del vestido abombado, de colores terrosos y llena de adornos brillantes pero oscuros que la hacían ver seria y refinada. La prenda se le ceñía hasta un poco más abajo de los huesos de la cadera, extendiéndose después en una falda llena de volados exagerados que tan solo llegaba por encima de sus rodillas, dejando al descubierto sus bellas piernas definidas. El escote que tenía le mostraba los hombros y las clavículas, pero por dignidad había venido a cubrírselos con una pashmina de color rojizo.
Metió los pies en un par de zapatillas color granate, y tomando su abundante cabello negro hizo un rollo que amarró en la parte trasera de su cabeza cubriéndole la nuca a medias, adornando los cabellos desordenados con un lazo pequeño que mantuvo la atadura de estos. Dejó estar el flequillo de lado, y para que no se le viniera a la cara un ganchillo de perlas tomó lugar de sujetar el mechón de cabello. Se puso zarcillos largos, y un collar desnudo con una gema rosácea como único adorno vistió su cuello, a juego de un anillo delgado puesto en su dedo índice de la mano derecha y un brazalete que se acomodó por sobre las ajustadas mangas largas del vestido.
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miss jeongin ✦ hyunin
Fanfic❝Hace años, en otras épocas las cosas eran distintas. El padre de Jeongin deseaba como primer descendiente una niña, pero ha venido al mundo él. ── Si nace varón, te juro que lo mato con mis propias manos. Aquí se relata la historia de su vida, en...