anne en el mundo de las maravillas
Llevaba horas en el patio de su casa, su prima ensayaba para su exposición, ella leía uno de sus libros favoritos, pero no lograba concentrarse por los ruidos y gruñidos que hacia su prima. Así que decidió cambiar de lugar, molesta se dirigió al patio trasero de la casa y sentándose a la sombra de un árbol siguió con su lectura.
Un libro muy conocido y lleno de fantasía que le encantaba a la chica. Algo raro empezaba a ocurrir. Sus ojos se cerraron.
La chica se encontraba a la vereda de un bosque. El ambiente perfecto para una lectura simple; pequeños y finos cantos de aves, el aire que pasaba entre las hojas de los árboles, pero la hermosura desapareció cuando una peli anaranjada frustrada apareció a escena posando sus manos en las caderas, el vestido que llevaba parecía ser sacado de una pintura renacentista o del año barroco. El color de su cabello la hacía resaltar entre los tonos verdes turbios del escote y la falda inflada que le llegaba hasta arrastrar el suelo. La rubia se echó a reír.
− ¿de qué te ríes? -preguntó molesta.
-la chica paro y miro a su prima− lo siento, solo pensaba que no te gustaba esos tipos de vestidos y te ves ridícula. -explico, lamentando lo último, agacho la cabeza apenada- lo siento. -se disculpó al ver que su prima parecía volcán a punto de explotar.
−perdón -la arremedo− ingenua ¿acaso olvidas dónde estamos? -preguntó.
Esa pregunta lleno los huecos de la cabeza de la rubia, rebotaba en todos lados. Solo se quedó callada con miedo a preguntar.
-engreída, volteo los ojos con molestia− ya despierta, -un tintineo sonó a los oídos de la rubia− vives en las nubes, deja de decir tonterías y sígueme, falta poco para irnos... -miro detenidamente a la rubia con indiferencia a lo que llevaba− y no iras así. -término la frase levantando a la chica y arrastrándola a las afueras del bosque.
La rubia también observó sus prendas y se sorprendió al ver que eran casi iguales a las de su prima, más al llegar a la ciudad, todos iban vestidos de la misma manera, cuando es que retrocedió a la época renacentista, sonrió. Todo había pasado muy rápido
Al llegar a casa, su tía la miro con irritación, con el ceño fruncido y golpeaba en su palma un abanico, su prima la veía desde atrás con ánimos de victoria.
−otra vez iremos tardé por tu culpa, ¿ahora cuál es tu escusa? -hablaba firme con un tono de molestia.
−leía en el bosque -contesto sin entender lo que pasaba.
-la señora trato de calmarse y deslizó sus dedos por el puente de su nariz con molestia− leía, leía, siempre llegamos tarde por estar leyendo -refunfuñaba molesta. La rubia exhaló más.
− ¿qué tiene de malo leer? -pregunto inconforme-
Madre e hija se quedaron viendo a la chica como si hubiera dicho algo inadecuado. La mayor esperaba a que la chica se disculpara, de lo contrario no llegó.
− los libros, "puf" solo te llenan la cabeza con tonterías. -le arrebato el libro a la chica y empezó a hojear− fantasía, esto es peor. -comentó con una mirada de Asco− sube y cámbiate.
La chica obedeció molesta subiendo las escaleras, durante el sermón de su tía duró callada, pero seguía opinando en su cabeza, lo estereotipados que eran sus explicaciones, vaya sueño paralelo, aunque no podía evitar estar molesta "pretendiente, puf", en eso recordó a su crush, ¿se suponía que era un sueño? Tal vez su pretendiente seria Diego. Parecía estar soñando eso sería lo más lógico, pero al razonar su sonrisa se convirtió en un mal presentimiento, si era un sueño, porqué se sentía tan real, recordó haber sentido la calidez de su prima cuando la arrastro, sí, los sueños tienen esa característica, pero este se sentía... Agito la cabeza tratando de espantar sus pensamientos, y siguió a camino a donde suponía que estaría su cuarto.
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CACAO MENTAL
Rastgele⚪Los personajes de esta historia me pertenecen, parentescos con otros son mera coincidencia. ⚫No suelo escribir por aquí por eso los errores los corregiré después. ⚪ El fin de esta historia es para entretener, sin algunas otras intenciones. ⚫Si n...