T/C: "Intensamente". Edad: 28 años. → Cc: Tú y otros desastres naturales.. Cinco: como un sentimental.
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La brisa del mar nos envolvió mientras caminábamos hacia el faro. Era una tarde bonita, pintada de un naranja inteno. Bordeamos el acantilado cogidos de la mano. Alcanzamos el pico del cabo y ante nosotros aparecieron unas vistas increibles. El vasto océano, las olas rompiendo contra las rocas, el rojo vivo de la arena y, a lo lejos, una ballena.
- Mira honey.- la señalé con la mano, a lo largo de mi vida había visto pocas cosas tan increíbles como esa. Cinco me sonrió y me rodeó con los brazos. Mi espalda contra su pecho. Seguía callado, más de lo habitual, y a menudo lo descubría con el ceño fruncido y la mente en otra parte.
La inquietud en sus ojos lo hacía parecer un niño indefenso y empecé a preocuparme. Le pasaba algo, y que ese algo tuviera que ver conmigo, o con nosotros, me dejaba sin aire. Porque en poco tiempo me había enamorado de él como una idiota. O puede que nunca hubiera dejado de estarlo.
- Son más de las cinco y estamos a dos horas de Souris.- comentó con los labios en mi pelo.- Hemos perdido el ferry y no me puedo teletransportar.- explicó a lo que asentí levemente.
- No me importa pasar otra noche aquí. Seguro que encontramos algún sitio donde dormir.- comenté.
- ¿Piensas dormir?.- su voz era como chocolate fundido y se derramó sobre mí, calentándome la piel. Por dentro. Hasta los huesos haciéndome sonrojar.
- ¿Tú no?.- bromeé.
- Se me ocurren muchas cosas que podríamos hacer despiertos.- coló la mano bajo mi camiseta y me acarició el estómago, mientras respiraba contra mi cuello. No tuve más remedio que cerrar los ojos. Me rozó las costillas en un lento ascenso y se detuvo a escasos milímetros de la curva de mi pecho. Inició el descenso, tocándome solo con las puntas de los dedos, y noté la tortura lenta. De repente, me sentí sobre arenas movedizas. Me di la vuelta y lo miré.
- Te amo intensamente.- me miró fijamente y poco a poco sus manos abandonaron mi cuerpo. Me sentí pequeña en ese momento. Suspiró con brusquedad y tragó saliva, tan serio que pocas veces lo había visto así.
- No tenía ni idea de que esto iba a ocurrir. Pero está pasando y es real. ¡Joder, muy real!.- susurró frotándose la cara.- Yo también te amo intensamente.- me sonrió haciendo que mis ojos se cristalizaran y mi cara triste y preocupada, se volviera una pequeña sonrisa.
Se inclinó y me besó. Una vez, y otra, y otra... Pequeños gestos. Tan bonitos. Tan íntimos. Apoyó su frente en la mía.
- Solo.... solo quiero hacer las cosas bien.- admitió cerca de mis ojos.
- Yo también.- asentí.
- Creo que deberíamos intentar no pensar demasiado y dejar que el tiempo pase. Ver qué ocurre. Se que te gustan los hechos y no solo palabras así que te prometo hacer hasta lo imposible para que esto que tenemos entre los dos, llegue muy lejos. Quiero que me hagas feliz y yo quiero hacerte feliz.- sonreímos como tontos.
Elegí caminar sobre la cuerda floja. Los besos. Las caricias. Él. Mientras se quedara. Mientras no se marchara. Mientras solucionaba todas esas cosas que no dependían de él. Mientras tenerlo fuese menos doloroso que perderlo.
- Debemos de llamarle a nuestro hermanos para que no se preocupen...- me silenció con un beso brusco que me hizo temblar de pies a cabeza.
- Joder, me matas. Me pierdes. Haces que me vuelva completamente loco.
- ¿En el buen sentido?.- eso me hizo fruncir el seño.
- ¿Lo ves?.- rió para sí mismo.- Me refiero a esto. Eres... inocente, valiente y preciosa. Eres increíble.- me sonrojé. No lo era, ni siquiera un poco. Solo sincera y lo miraba con el corazón. Supongo que ese músculo que dominaba todos mis pensamientos, además de tonto era ciego. Qué sé yo. ¡Dios, él sí que me estaba volviendo completamente loca!.
Me cogió de la mano y entrelazó sus dedos con los míos. Tiró de mí hacia la orilla y me condujo hasta una roca que se adentraba en el agua. Solo podía ver su silueta recortada contra el resplandor apenas visible de una luna a punto de desaparecer. Se sentó en ella y con un gesto me pidió que me sentara entre sus piernas. Lo hice, y cuando me rodeó con sus brazos, pensé que no había un lugar mejor en el mundo. Me besó en la sien y comenzó a hablar sin despegar sus labios de mi piel sobre nuestros planes en el futuro, la casa, mascota, hijos, jardín, coches, dinero, poderes y cero misiones...solo nosotros y nuestra felicidad.
Solo viviendo Intensamente.
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Perdón por no subir contenido. Ando baja de autoestima, en vez de subir de peso siento que estoy bajando y ahora estoy más tristes ya que apenas ayer murió la mascota de la familia. Lloré tanto que dormí con los ojos dolorosos.
