𝟎𝟗𝟐: 𝐉𝐮𝐳𝐠𝐚𝐫 𝐬𝐢𝐧 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐫 ².

174 15 16
                                    

T/C: "Juzgar sin saber ²".
Edad: 18 años.
→ Love // Comedy.
Aidan: como "pobre".

(Narrador)


- Soy Aidan... Aidan Gallagher. Fui trasladado por mi antiguo capataz aquí así que... Aquí estamos.- rió tratando de relajar sus nervios.- ¿Y tú eres?.

Sin duda era una bella chica.

- Soy ________.- la chica extendió su mano hacia el chico, el cual no dudó en empezar a sudar...Parecía que en cualquier momento le iba a dar un ataque.

Había tocado el caballo más preciado para ella, sin duda hoy es el día de su muerte.

- Oh.. aquí estás. Entra, necesito decirte tus horario.- interrumpió la madre de ______.

- Con permiso señorita.- este se despidió apenado de la chica.

Ahora tenía que conocerla más.
No podía juzgar sin saber.
Y menos ante la primera impresión.

[°°°]

Días, semanas e incluso meses ya había cumplido Aidan en su nuevo trabajo, el cual por suerte no lo corrieron por haber tocado aquel preciosos caballo. Tampoco ha hablado con la señorita  ______ ya que el único lugar en dónde debe estar, es cuidando a los animales.

Tenía buena mano y los animales lo adoraban, era su don. Y vaya que le sacaba provecho, así el hacia lo que más le gustaba e incluso le pagaban por su gran labor.

Todos los días era la misma rutina, bueno, por excepción de los fines de semana, los cuales utilizaba para pasar tiempo con su familia, sus padres y hermanos...los cuales son ocho en total. Si, sus padres tampoco perdían el tiempo.

Primero estaba Cristina, la bella y dulce Cristina, la cual hacia brillar cualquier día oscuro. Después le sigue Aidan, el cual es el segundo mayor, aquel chico atractivo y único de ojos verdes como su abuelo. También está Rodolfo, aquel hombre honesto y trabajador. Le sigue Ventura, si, un nombre particular y único como él. Sigue Edmundo, un hombre alegre pero flojo. También está Pedro, hombre con sueños y estudioso. Y por último, Alberto (tipo que trabajó día y noche para poder irse del país).

Todos y cada uno brillaban a su manera y aún con sus defectos, eran la adoración de sus padres.

- Buenos días joven Aidan. ¿Tan temprano para trabajar?.- le sonrió su compañero.

- Como siempre.- contestó de igual forma.

- Claro. Por cierto, la señora te necesita en el jardín.- Aidan asintió limpiándose las manos.

- Gracias, por favor fíjate de Coco. Le gusta que lo acaricien mientras come.- pidió yendo hacia el jardín. Por suerte el día estaba nublado y había viento delicioso.- Buenos días señora. ¿Para que soy bueno?.

- Ayúdame a cambiar esas macetas hacia la pequeña fuente. Yo regresaré enseguida, necesito un poco de limonada.- explicó.

- Claro, lo haré enseguida.- siguió a su dueña con la mirada hasta perderla al ver que entraba en la casa. Suspiró cansado y fue hasta las grandes macetas. Hizo fuerza pero la maceta era imposible de mover por su peso.

- Tal vez lo estás haciendo mal.- brincó del susto al notar como la dueña menor lo observaba con una pequeña sonrisa.- Hola Aidan.- saludó amable.

² ᴼᴺᴱ ˢᴴᴼᵀˢ // ᴬᴵᴰᴬᴺ ᴳ. ⁻ ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora