² ᴼᴺᴱ ˢᴴᴼᵀˢ // ᴬᴵᴰᴬᴺ ᴳ. ⁻ ᶠᴵⱽᴱ ᴴ.

𝟎𝟖𝟑: 𝐀𝐢𝐝𝐚𝐧, 𝐦𝐢 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨 𝐟𝐢𝐞𝐥 ².

T/C: "Aidan, mi amigo fiel ²".
Edad: Jenny (______): 18 años.
Aidan: 19 años.
Aidan: dándote su amistad.

(Tú)

Aidan y yo caminábamos a paso rápido para aprovechar que el semáforo le había dado paso a los peatones. Este me llevaba de la mano por qué según el, sabe cómo soy y soy capaz de arriesgar mi vida y pasar corriendo como loca...y no estaba nada equivocado.

Hoy nos dirigimos hacia el supermercado para comprar la despensa del primer mes. Insistí en ir a pie para conocer las calles de Ontario, Canadá.

- Aún no entiendo cómo es que no quieres ir en Uber, pero bueno, si quieres hacer ejercicio no tengo problema.- comentó Aidan viendo de reojo a las palomas de los parques cercanos.

- Amo el clima, amo la vida...¡Amo esto!.- lo jalé de la mano para empezar a correr haciendo que las palomas se alzaran en vuelo. El viento soplaba fuerte dando un toque frío a la mañana en la ciudad, pues apenas siendo las 7:00 a.m el sol apenas y parecía.

- ¡Niña loca!.- gritó Aidan corriendo detrás mío sin soltarse de mi mano, pues casi chocaba con un poste.

- ¡Vamos Aidan, relájate viejo!.- negó con una cara asustada. Solo me reía de su expresión...esto apenas empezaba.

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- Serían $100 dólares.- comentó un chico con cara aburrida el cual era el cajero. Aidan asintió sacando su cartera y después su trajera de crédito.

Flash*.

- Uy si, presumido.- murmuré y solo negó divertido. Le entregó la tarjeta al chico, está pasó y nos entregaron nuestras bolsas junto con la tarjeta de Aidan. Ambos salimos cargados con el peso extra.

- Ah, no. Pero la niña quería venir caminando.- comentó mirando de reojo como apenas y podía caminar.

Flash*.

Miré a todos lados buscando ese sonido.

- ¿Sabes que suena?.- miré a Aidan quien asentía sin dejar de caminar.

- Paparazzi. Si no quieres incomodarte, sigue caminando.- soltó serio, era la primera vez que lo veía así.

Me daba pena, los paparazzis solo eran personas como cualquier otras cumpliendo con sus trabajos...Bueno, también en algunas ocasiones se pasaban de la raya.

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Al llegar al departamento, dejamos sobre la barra y la mini isla, las bolsas del súper. Busqué entre mi pantalón mi cartera y por suerte ahí estaba pero...vacía.

→ Tengo dinero infinito.

Suspiré y con miedo a fallar, me imaginé $50 dólares dentro de ella. La cerré y después la abrí encontrando el dinero. Sonriente lo saqué y se lo entregué a Aidan.

- Oh no, Jenny. Deja que yo...

- Nada de "deja"...Si viviremos juntos, hay que compartir los gastos.- asintió rendido.