Los personajes de Rumiko Takahashi no me pertenecen, son solo usados para historias locas y retorcidas
La siguiente historia trata de temas extremadamente fuertes, se recomienda discreción.
Basada en narraciones japonesas reales de la era Edo.
Las comillas "" significa pensamientos.
Los fanart pertenecen a sus respectivas autoras, ninguna es de mi propiedad.
Capítulo 8
Delirio y preocupación
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Había pasado unas semanas desde el accidente que había sufrido Bankotsu en el burdel, esa mañana, había decidió ir a caminar por el distrito, y si todo iba como estaba planeado, poder por lo menos llegar al hospital y poder preguntar por el moreno, la joven cortesana caminaba demasiado rápido, las sandalias de plataforma que en ese momento portaba, ocasionaban un eco en el suelo cuando daba cada paso, Shippo quien iba detrás de ella, solo trataba de calmarla desde atrás, recordándole que podría caerse en cualquier momento. Su rostro denotaba una preocupación absoluta, aquellos ojos azules soportaban con temple el querer derramar lágrimas en cualquier momento, sin querer detenerse llegaba a un pequeño recinto, este tenía unas hermosas puertas de madera, el pasillo tenía muchas flores de color rojo y azul, en la parte del fondo varios cojines de distintos colores, en medio una estatua de un hombre alto, de cabellera plateada y ojos dorados, en su frente una luna marcada por un azul profundo, sus mejillas tenían unas marcas en forma triangular de color magenta, el dios de la guerra, así fue conocido por toda la región, su lucha hace más de 500 años, pese a eso, varias personas pedían por salud, amor, estabilidad económica.
El de cabellos naranjas miraba a Kagome, la cual observaba el rostro perfilado de aquel dios, tocando su mano, abrió sus labios pronunciando algo que el aprendiz no pudo descifrar, al final cerraba los ojos, dando un último suspiro salió del lugar, deteniéndose abruptamente cuando su vista se dirigió a las instalaciones del hospital Yoshiwara, sabiendo de ante mano quien se encontraba en dicho lugar.
— ¿Kagome-sama?... — el de cabellos naranjas sonreía ligeramente — ¿tenemos que regresar ya?
— ¡he!, no aun no, tengo que dar una ofrenda al dios Sesshomaru, fue por lo que venimos.
— No era para ver a Bankotsu- san.
— ¿Qué?... claro que no, es una coincidencia que está cerca del recinto de nuestro dios.
Kagome se sentía sumamente preocupada, en todo ese tiempo no había podido ir a ver a Bankotsu, era un sentimiento mezclado entre culpabilidad y vergüenza, y ahora que había decidió ir a verlo, no podía. Pensaba que todas las cosas se iban distorsionando hasta volverse caóticas y horribles, siempre que había un acercamiento con el azabache.
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Oshoku / Cortesana (BANKAG)
AléatoireYoshiwara era un famoso distrito de la luz roja en Edo (Tokio de hoy en día) al principio del siglo XII había una amplia prostitución masculina y femenina en ciudades de Kyoto, Edo y Osaka Las leyes contra la prostitución fueron suprimidas y el dist...