Cuando Katherine se fue, y nosotros dos estuvimos a solas, esperé en la mesa de la cocina silenciosamente a Ángela, para que no se diera cuenta de que yo estaba ahí, de lo contrario no saldría de su habitación nunca.
-tu y yo tenemos que hablar.-dije cuando salió a buscar algo de comer en el refrigerador.
-nosotros no tenemos nada de qué hablar.-dijo firmemente.
-no, nosotros tenemos que aclarar las cosas.-afirmé.
-las cosas están muy claras, me intentaste engañar con un tema muy delicado, mi mamá, tu creíste poder engañarme, pero yo sé y reconozco a mi mamá donde sea que la vea.
Después de decir eso ella se fue, yo me di cuenta que había cometido el peor error de mi vida, y debía compensarlo, pero ¿Cómo hacerlo?
Mi hija ya iba y volvía sola de la secundaria, y un día que llegué del trabajo, escuché una risa que me llenó el alma, después de tanto tiempo había vuelto a escuchar la dulce risa de la luz de mis ojos, fui a su habitación, y me desilusioné al darme cuenta que se estaba riendo viendo por You Tube a un chico, la verdad no sé qué decía, tenía los auriculares puestos, pero al menos podía escuchar su risa. Siendo sincero, me parecía un idiota, y no entendía como la hacía reír, pero no podía prohibirle verlo, porque al fin y al cabo él era el único que podía hacerla reír, y no podía sacarle lo único que la hacía feliz, y en ese instante me di cuenta que ella era tecnológicamente alegre, y si así era de ser, estaría dispuesto a aceptarlo, pero de verdad me enojaba mucho que algo a través de una pantalla la haga feliz.
-¿Qué ves hija?-dije un día dispuesto averiguar qué era lo que la hacía tan feliz.
-nada pa, es solamente un chico que sale con cada cosa, es genial, pero no te gustaría.-dijo ella entre risas.
Era obvio que no me gustaría, era un imbécil a simple vista, imagínatelo hablando, no lo soportaría, pero como el necio que soy, le pedí que me lo mostrara.
-si tú lo dices. Toma, ponte los auriculares y dale a play, es genial.-dijo algo asombrada, pero alegre.
Escuché cinco minutos a ese chico español, que a pesar de ser mayor de edad no hacía más que decir idioteces, me molestó tanto escucharlo hablar, que solamente hice un gruñido de desinterés después de sacarme los auriculares, inmediatamente Ángela se dio cuenta de mi opinión a pesar de que yo no haya dicho nada.
-te dije que no te iba a gustar.-reprochó.
-obviamente no me iba a gustar, a nadie le gusta ver un imbécil que solo dice idioteces, creí que si te hacia reír por lo menos algo interesante debía decir, pero ni eso, la verdad un idiota total.-dije inconsciente de mis palabras.
-bueno papá, yo te advertí y tu quisiste verlo, de ahí eso es tu problema y no me importa lo que pienses, a mí me gusta y punto.-dijo ya seria y realmente molesta.
Me echó de su habitación, no podía creer lo que había hecho, insulté lo único que la hacía feliz, no dejaba de reprochármelo ¿y si la hice enojar más? ¿Y si dejaba de hablarme solo por eso? ¿Y si volvía a tratarme mal? Me perturbaron tantas preguntas, y sinceramente lo único que podía sacar de este chico español, era que había hecho que mi hija me tratara mejor, y no quería que por simplemente insultarlo volviera a hablarme feo.
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yo siempre estaré a tu lado
RandomPadre e hija que van por caminos iguales, pero a la vez tan diferentes, y aún así se darán cuenta de algo que sabían, pero no se habían dado cuenta ¿te animas a descubrirlo?