Capítulo 10: ¡no, ella no se va de mi lado!

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La causante de mi duda llegó a casa y me abrazó, al parecer ya no estaba enojada conmigo y me sentía muy bien, pero aun así tenía ganas de saber qué era lo que había pasado con esa mujer, aunque no lo hice ninguna pregunta, la preocupación seguía.

    Unos días después me sentía un poco mal, entonces fui al médico, resulta que fumar me había enfermado y no tenía cura, no me quedaba mucho tiempo, y se lo dije únicamente a mi jefe, el cual se había vuelto mi mejor amigo. Sabía que no estaba bien ocultárselo a Ángela, pero sentí la necesidad de hacerlo.

     Un mes más tarde recibí una llamada, y lo que me dijo esa voz apurada me dejó la sangre helada, nunca lo había esperado, pero me di cuenta inmediatamente, que la mujer que se había quedado mirando a Ángela hacia un mes aproximadamente, efectivamente era Mabel, la medre de mi hija, la misma que había abandonado a Ángela durante 16 años.

-hola Ángel-dijo esa voz nerviosa.

-¿hola?-respondí confundido e intrigado.

-no sabes quién soy ¿verdad?

-no, sinceramente no.

-soy Mabel, la madre de tu hija.

    Sabía perfectamente que no se trataba de una broma, mi corazón empezó a acelerarse, entonces decidí responderle con una voz muy temblorosa.

-si, me acuerdo de ti... la abandonaste por 16 años, y pronto serán 17 ¿Qué quieres?

-¡ya lo sé!  Me siento muy mal por eso, y quiero pedirte que me dejes verla, me la encontré el otro día, iba caminando y está muy hermosa, pero quiero hablar con ella, conocerla.-suplicó Mabel.

-cálmate ¿vale? No me voy a oponer a que veas a Ángela, pero debo hablar con ella... si quieres hablamos otro día y arreglamos.-sugerí.

     Ella aceptó sin inconvenientes, y, si, por mis cojones que debía decirle toda la verdad a mi hija.

-hija ¿podemos hablar?-pedí con timidez

-vale papá, te apasionaste con las charlas, pero si, podemos hablar.-respondió riéndose.

-bueno, hace unos años me preguntaste por tu madre, y yo te mentí con la respuesta, y ahora te voy a contar la verdad

    Le revelé todo, y para mi sorpresa se lo tomó de maravilla, y si, acepto ver por primera vez a tu mamá, solamente que omití la parte donde le contaba que su madre era la mujer que se había encontrado.

    Cuando llegó el santo día donde nos encontraríamos, Mabel se me quedó mirando fijamente, yo hice lo mismo, estaba enamorado de esa mujer, se veía tan hermosa como la primera vez, pero esa voz tierna de mi hija nos sacó de nuestro mundo.

-¿tú eres mi madre?-dijo ella asombrada.

-si cariño, soy tu madre.-respondió sonriéndole.

-Mabel ¿verdad? La mujer que vi cunado salí ¿Cómo no me di cuenta?

     Nos reímos en conjunto, y luego de un almuerzo, en el momento donde Ángela fue al baño ella se inclinó hacia mí  y me susurró.

-quiero llevármela, estuviste con ella 16 años, ahora es mi turno.

-de eso ni hablar, no te impido que la veas, pero que te la lleves, no te lo permitiré.

      Ella parecía haber aceptado su derrota, pero esa fue una hipótesis errónea, porque una semana después me llegaría la peor noticia de mi vida. 

yo siempre estaré a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora