One-shots Duxino - Sin Terminar -

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OMGG MI PRIMERA HISTORIA ANTI-DUXINO LETS GOO WOWOWO

*Procede a ignorar por completo su primera historia y su cap de 'bad ending'*

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- ¡Roo! - Llamaba un pequeño niño de tez morena, sus labios formados en un pequeño puchero, pequeñas lágrimas en sus ojos cafés, sus piernas temblando levemente, sus manos en pequeños puños.

- ¿Qué pasa? - Contestó el niño mayor mientras se acercaba, un tono de preocupación en su voz. No le gustaba escuchar aquella linda voz en un tono triste. - ¿Estás bien? - dijo a la vez que se colocaba a un lado de su contrario, dándole la espalda a la pared, el niño en vez de contestarle, solo lo tomo de sus manos suavemente, juntando sus miradas, confundiendo al mayor.

- ¡Prométeme que no me dejaras! - Exclamó el pequeño entre su puchero, empujando al pelinegro a la pared, acorralándolo, poniéndose de puntillas tratando de juntar sus caras, pero por la diferencia de altura no lograba hacerlo.

- ¿Ah? - Se estaba poniendo nervioso por tener al contrario tan cerca, ¿porque? podía sentir extrañas sensaciones en su estómago, ¿Acaso estaba enfermo? Giro su cabeza hacía un lado, evitando así que el más bajo se acercara.

- ¡Cuando cumplas 18, por favor espera a que yo los cumpla también! - Coloco su cabeza en el cuello del pelinegro, abrazándolo de su cintura a la vez que más lágrimas salían de sus lindos ojos miel, empapando la sudadera del pelinegro.

- Todavía faltan 8 años para eso... - Se movió incomodo en el abrazo, puesto a que no le gustaba el contacto físico. Coloco una mano en la espalda del más bajo, haciendo movimientos circulares, tal y como su madre le había le había enseñado.

- Lo sé, pero... - Se separo del abrazo, volteando a ver directamente al azabache, sus mejillas tiñéndose de un color rojizo. El mayor solo ladeo su cabeza un poco, expectante. - ¡Quiero que te cases conmigo, no quiero que otra persona te tenga! - Empezó a llorar más fuerte, la idea de su roo estando con otra persona la cual amara más que el... simplemente le provocaba sentimientos extraños en su pecho y estómago, y no de los buenos.

- Yo... ¿E-eh? - ¿De dónde había aprendido todo esto? Se rió suavemente, colocó una mano sobre el cabello suave y rizado del más joven, tratando de calmarlo. Sus ojos amatista se encontraron con los ojos color ámbar del menor, provocando un pequño rubor en las mejillas de este. - Esta bien. Lo prometo. - Le sonrió suavemente.

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- ¿Recuerdas que te dije que tu voz me hacía volar..? -

- ... - 

- Creo que no era cierto... - 

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- Por favor, perdóname.. - La suave voz, la voz que lo había enamorado, la voz que le había prometido amarlo hasta el final frente a un altar, se encontraba tratando de pedirle perdón ante el acto que no debería de ser perdonado... ignoro por completo el sonido de la puerta, actuando como si el pecho contrario no estuviera cubierto del labial de su oh tan proclamada 'amiga'..