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Capítulo 63

Cuando volvió a casa, la madre Xie aún no se había dormido. Al ver a Xie Xun sosteniendo a Song Qingzhou, preguntó con cierta preocupación: "¿Qué le pasa a Zhou Zhou?".

"Nada, está borracho".

"Déjame hacerle una sopa".

Xie Xun emitió un débil sonido apagado.

Song Qingzhou no era tan delicado como él, así que si no se tomaba la sopa, podría tener dificultades para levantarse al día siguiente.

Xie Xun lo llevó arriba y estaba a punto de quitarle los calcetines cuando sus pestañas se movieron y sus ojos se abrieron.

Cuando Song Qingzhou estaba a punto de sentarse de la cama, Xie Xun le sujetó y le preguntó: "¿Qué pasa?".

Estaba un poco aturdido, miró al gatito en el suelo, levantó la cabeza para mirar a Xie Xun y preguntó: "¿Dónde está mi cola?".

De nuevo, empezó a decir tonterías.

"Está ahí".

Song Qingzhou lo tocó, pero no lo encontró, así que dijo con un poco de decepción: "No, ¿se ha caído?".

Xie Xun no supo cómo continuar por un momento.

"¡Es porque no tengo cola que no te gusto!"

"Qué tontería, me gustas mucho".

"Entonces, ¿por qué no te casas conmigo?" Sus ojos estaban llenos de acusaciones. El agua se empañaba bajo sus ojos y estaban rojos como si estuviera a punto de llorar en cualquier momento.

Efectivamente, fue por eso.

Xie Xun le frotó el pelo alrededor de la oreja y dijo: "Discutiremos la fecha cuando estés sobrio".

Song Qingzhou seguía inmerso en su propio mundo y se dijo: "Debe ser porque no te gusto lo suficiente". De repente, tiró de la ropa de Xie Xun y dijo: "¿Puedo gustarte un poco más?"

Besó suavemente sus bonitos dedos y dijo: "Por supuesto que sí, te lo daré todo".

Song Qingzhou dijo con un poco de obstinación: "Un poco, no todo".

Xie Xun le secó las lágrimas y le dijo: "Te amo".

Song Qingzhou enterró la cabeza en sus brazos y dijo con hosquedad: "Estoy un poco triste".

Xie Xun le consoló, abrazando su cuerpo ligeramente delgado.

Un rato después, levantó la cabeza y preguntó en voz baja: "¿Te gusto aunque no tenga cola?".

"Sí".

"¿Y te gusto incluso cuando tengo cola?"

"Bueno, sí".

Al oír a Song Qingzhou hablar de colas todo el tiempo, siempre pensaba en otra cosa, y preguntó: "Zhou Zhou, ¿quieres encontrar tu cola para mí cuando estés sobrio?"

Sin pensarlo, Song Qingzhou dijo: "Sí".

Xie Xun jugaba con sus dedos, uno a uno, con cariño, mientras Song Qingzhou se enterraba en sus brazos y no decía mucho, en silencio.

La madre Xie no tardó en llamar a la puerta, y Song Qingzhou en sus brazos se movió y salió de sus brazos, con las pestañas aún húmedas. Xie Xun le besó las pestañas antes de abrir la puerta.

"¿Está bien Zhou Zhou?"

Xie Xun tomó la sopa y respondió: "Está bien".

"Entonces ocúpate de él, yo iré primero a mi habitación".