XXIII.

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—Deberíamos entrar a la casa antes de que vengan a buscarnos — fue todo lo que pude pronunciar, pues no sabía qué más decir ante semejante noticia.

—Esto es más importante, mi amor. Dime que no vas a alejarte de mí, que seguirás a mi lado sin importar lo que pase. Es cierto que es mi hijo y no lo pienso abandonar, pero sin ti yo no puedo vivir — se veía muy preocupado y no era para menos—. Dímelo, por favor...

—Lo hablaremos cuando regresemos a casa, ¿de acuerdo? — me abracé a él y suspiró.

No puedo darle una respuesta clara por ahora, porque ni yo misma sé si podré soportar estar en el medio de él y su hijo.

«¿Por qué tuvo que pasar esto justo ahora y cuando ya había tomado la decisión de contarle a mi padre sobre nuestra relación? ¿Por qué no podemos ser felices sin que nada lo arruine?».

Ese bebé no tiene la culpa de nada, pero esa mujer no me da buena espina. Si ocultó el embarazo y le mintió a Mike en su momento, es porque algo más grande está tramando.

«¿Qué es lo que está tramando Cloe con todo esto?».

—Sabes que te conozco mejor que nadie, ¿verdad?

—Lo sé.

—Y también sabes que ahora que estamos un paso más cerca, no te pienso soltar. No lo pude hacer antes, mucho menos ahora que te tengo en mis brazos — tomó mi rostro en sus manos y me besó lento y pausado—. Yo te amo más que a mí mismo. No voy a tolerar que alguien, eso nos incluye, venga a destrozar nuestro amor.

—Tú sabes que también te amo, ¿no es así? — lo miré a los ojos y asintió—. Sin importar qué, mi corazón siempre será tuyo, Mike.

Escuchamos el motor de una lancha y nos separamos de inmediato. Poco después, tíos arribaron al muelle.

—¿Cómo estás, princesa? — mi tío me engulló en sus brazos, besando mi frente y dejándome casi sin aire.

—Muy bien, tío. Llegaron justo a tiempo. Vayamos a casa que solo hacía falta que llegaran ustedes para empezar la celebración.

—No le hagamos perder el tiempo a Kilian — bromeó en medio de una risita.

Saludé a mi tía y nos dirigimos a la casa en una charla trivial, pero por más que me hablen, no logro sacar de mi mente esa noticia que sí me afectó más de lo que estoy dispuesta a aceptar, después de todo, Mike añora tener una familia y todo indica que yo no seré quién se la dará.

La fiesta se llevó a cabo sin ningún problema y todos la pasamos bien dentro de lo que cabía y a pesar de Kilian renegó un par de veces. Pero yo no me sentía del todo feliz. No podía dejar de pensar en Cloe, en su embarazo y en todo lo que va a cambiar entre Mike y yo.

Entiendo que no hace falta convivir con una persona únicamente por los hijos, pero eso no le quita el hecho de que me hace sentir mal. Los padres deberían estar juntos para darle una buena crianza, amor infinito y mucha protección a su bebé. Cloe y Mike lo pueden hacer por separado, aun así, siento en mi pecho que voy a estorbar en esos lazos que él debe crear y afianzar día a día con su hijo.

Ahora bien, ¿dónde quedan nuestros sueños de tener una familia? La podemos tener, pero no quiero que sea de esta manera, además de que el tiempo está corriendo y estoy llegando a mi límite para darle lo que él más desea. Ese bebé viene de a hacerle vivir lo que tanto desea de corazón y él debe ser su mayor prioridad, por lo que tener una familia conmigo ya no es tan importante como en un principio.

En mi cabeza se formaba un caos terrible cada segundo que no dejaba de pensar en el todo de Mike y en mi nada. Me decía a mí misma que no era tan malo, pero tampoco sería tan bueno como quería creerlo.

—¿Qué haces aquí, mi amor? — mi madre me sacó de mis pensamientos al llegar a mi lado—. ¿Te sientes mal? ¿Por qué estás sola y lejos de todos?

—No me había dado cuenta de que había caminado a la playa.

Caminé tanto sin dejar de pensar que no me di cuenta de que me había alejado de todos. Este día tenía que haber sido muy diferente, no así.

—Te noto pensativa — tomó mi mano como cuando era pequeña y seguimos caminando por la orilla de la playa y el atardecer resplandecía en el mar—. ¿Qué ocurre?

—Nada, mamá. Solo camino y pienso en que no he hecho nada más en mi vida que dedicarme a la empresa.

—¿Y te arrepientes?

—En algunas cosas sí — suspiré—. He dejado de vivir y mírame. No soy infeliz, todo lo contrario, ahora soy muy feliz, pero he desgatado mi tiempo en cosas que no son importantes.

—¿Qué es importante ahora?

—Ustedes, estar aquí.

—Siempre vamos a estar para ti, ya sea en vida o no, pero ¿tu verdadera felicidad dónde queda?

—Soy muy feliz, te lo puedo asegurar. Todos estamos juntos aquí y mi corazón está lleno de amor.

—¿Estás enamorada? ¿Conociste a alguien? — quiso saber y sonreí.

—Sí, mamá. Estoy enamorada de un hombre maravilloso.

—¡¿En serio?! — se oía muy emocionada—. ¿Y quién es?

—Ese es el problema, que ese amor parece irreal y temo que en cualquier momento pueda acabar.

—No lo hará, mi amor. Verás que no.

—¿Sabes, mamá? Es difícil, porque no podemos estar juntos como quisiéramos y siempre hay una nueva prueba que afrontar.

—Tanto en la vida como en el amor se nos van a presentar pruebas difíciles y que nos harán caer, pero todo está en el amor que tengas en tu corazón y en esa entereza que llevas en el alma para salir adelante y no dejarte vencer. No todo será felicidad, porque siempre habrá lágrimas detrás de una espléndida sonrisa. Suelta las lágrimas que tengas que soltar, cae si tienes que caer, pero cuando te levantes, sonríe porque tú más que nadie mereces la felicidad. No permitas que nadie se interponga en esa felicidad por la que tanto derramaste lágrimas.

—Mamá... — no pude contener más el llanto y exploté en sus brazos.

—Sé feliz junto a Mike, por favor. No permitas que esa mujer destruya lo bonito que han construido en este tiempo que se han atrevido a quererse.

—¿Tú lo sabes? — la miré con los ojos bien abiertos y llenos de lágrimas.

—Desde el principio lo he sabido, pero esperaba el día en que te abrieras a mí y me confiaras tus secretos.

—¿Qué piensas de lo nuestro? — bajé la cabeza avergonzada.

—Pienso que Mike era lo que necesitabas para que vieras el mundo de otra manera y te abrieras al amor. Pienso que él te hace muy bien, incluso más que nosotros. Mike es un buen chico y sé que te amará y cuidará como siempre lo ha hecho y eso me tranquiliza mucho. Sé que mi hija estará en buenas manos el día que llegue a faltar — me abrazó fuertemente—. No decaigas nunca, mi amor. Lucha por ti, por tu felicidad y por tu amor hoy y siempre.

—Lucharé por mí y por lo que amo, mamá.

Solo espero que este amor que existe entre nosotros dos sea mucho más fuerte que esas pruebas que nos quiere detener en el camino.

***
Hola, bellezas. Espero que se encuentren muy bien donde quiera que estén.

Lamento haber demorado tanto, pero hasta no estar con la mente en calma y la idea segura no pensaba retomar esta historia.

Lo bueno de todo es que el bloqueo parece haberse ido. Espero que sea así y al fin pueda darle final a esta trilogía.

Poco a poco estaré subiendo los capítulos. Espero que la historia esté siendo de su agrado.

Los quiero mucho e infinitas gracias por el apoyo, el cariño y, sobre todo, por esos mensajes tan bonitos de aliento que he recibido durante este tiempo de ustedes.

June Blaze[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora