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𐄹 parada IV

"Estoy seguro que quería llegar hasta el final contigo".

Chan terminó de escribir esas palabras, metiendo la carta en el sobre para guardarla. No había sabido qué decir, eran demasiados sentimientos como para plasmarlos en palabras. ¿Debería decirle que lo quiere, también? Lo hizo. ¿Decirle lo desesperado que estaba por verlo? También. No sabía si Changbin iba a aceptar llevarle algo, quizá sería demasiado sospechoso, pero de todas formas preparó un pastel para Seungmin, igual al que le entregó la primera semana que se conocieron. No le puso demasiada decoración, ya que seguramente se acabaría volcando por el camino. De hecho, el simple acto de preparar una tarta ya era una estupidez, y estuvo a punto de dejarlo en casa, pero decidió llevárselo después de asegurarla bien. No sabía de dónde había sacado el coraje, pero también metió una pequeña grabadora de voz, escribiendo una nota encima que decía "echo de menos escucharte". ¿Cursi? Quizá. ¿Necesario? Demasiado.

Pasó toda la mañana nervioso, hasta que llegó la hora de subir al autobús. Le había mandado un mensaje a Changbin esa misma mañana, pidiéndole verse en el vehículo para darle las cosas. Changbin aceptó enseguida, y ahí estaba, esperándole en el lugar que solía ser de su amigo.

—Buenas tardes, Changbin.

—Buenas, ¿le vas a llevar todo eso? Uf, tendré que inventarme algo, quizá que mi madre lo preparó.—comentó, tomando la caja y abriéndola.—¿Algo más?

—No, gracias. Sólo...¿cuánto tarda en llegarle?

Changbin se quedó en silencio durante unos momentos antes de responder.

—Pues no estoy seguro, dos días quizá, y en volver...calcula una semana.

Chan asintió, apretando la tela de su chaqueta.

—Oye, ¿Seungmin te habló de mí y de Felix?

—Pues...pensé que eras su mascota, y a Felix lo mencionó como tu pareja en una carta, ¿por?

—¿Te apetece salir este fin de semana?

—¿A dónde?—no estaba muy seguro si aceptar o no, ya que no se conocían, pero también tenía algo de curiosidad por conocer a los amigos de Seungmin.

—Cuando Seungmin seguía aquí íbamos a veces a una cabaña que tienen mis padres en el campo, sólo seríamos nosotros tres y un amigo. ¿Quieres?

—Claro, ¿puedo llevar a alguien? ¿Sólo será una tarde?

—¿Por qué no? Eso sí, nada de bebidas, Felix es muy revoltoso con el alcohol, y te lo digo yo. Y bueno, pasaremos el fin de semana ahí, pero pueden quedarse el tiempo que quieran.

Había planeado llevarse a Jisung en primer momento, pero el chico estaba muy ocupado con un lío que no le había querido explicar, así que prefirió llamar a Jeongin, un chico menor que ellos con el que se llevaban más que bien.

—¿Seguro que no nos van a secuestrar, Channie?

—Seguro no hay nada, pero no creo que nos hagan nada. De todas formas, es tarde para arrepentirse, Innie.— tocó la puerta de la casa que marcaba el GPS, escuchando pasos en el interior. Un chico un poco más alto que ellos y de ojos bonitos, salió, sonriéndoles.

—¿Los amigos de Changbin?—Chan asintió, buscando a Changbin en el interior.—Changbin está arriba con Felix, ahora viene. Podemos sentarnos aquí a esperarlos.

Los menores asintieron, yendo a sentarse en un sofá que había a un lado del salón. Changbin había minimizado la casa al llamarla cabaña, porque literalmente era una casa de dos pisos.

—¡Chan!—escuchó al mayor bajando por las escaleras, viniendo de la mano de un chico con el pelo color gris.—¡Bienvenido! Veo que ya has conocido a Hyunjin. No te juntes mucho con él, se te pegarán las canas.

—Un poco de respeto, idiota.

El chico tras ellos rió, soltando a Changbin para acercarse a los otros chicos, en concreto a Jeongin.

—Hola lindo, ¿cuántos años tienes?

El menor se sonrojó, mirando a Chan en busca de ayuda, aunque este estaba aún más confuso que él mismo.