𐄹 parada final

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Tomados de las manos, se sentaron en sus asientos, sin dejar de mirarse.

—¿Me vas a comer a mí o a la cena?

—Siguiente pregunta.—respondió, sin despegar su mirada del menor.—Déjame mirarte un poco más, luego comemos.

—Tienes toda la vida para hacerlo, y yo sólo diez minutos antes de que se enfríe la comida.

El mayor hizo una mueca, posicionando una mano sobre su pecho, fingiendo que le dolió su comentario. Comenzaron a comer lo que Seungmin había preparado, comentando cómo les había ido esa semana y algunos aspectos que no llegaron a hablar por llamada.

En ningún momento de la comida se sintieron incómodos, o no encontraron tema de conversación. Todo fluía naturalmente, haciendo que ambos desearan parar el tiempo para mantener esa cita que estaban teniendo.

—Channie, ¿puedes esperarme aquí un segundo?— preguntó Seungmin, levantándose de su sitio. Chan asintió, viendo como se iba después de sonreírle.

El mayor no tardó en volver a aparecer, con una pequeña caja en sus manos.

—No sabía qué regalarte, y cómo no quería preguntarte porque me dirías "no hace falta que traigas nada" traje algo que me recordó a ti.—comentó, sentándose otra vez en su sitio. Se habían trasladado al sofá después de la cena. Los asientos del bus eran románticos, dentro de lo que cabía, pero estaban más cómodos en el gran sofá que tenía Changbin en la sala.— Espero que te guste...

Chan miró el regalo con emoción. Es verdad que no le gustaba que la gente gastara su dinero en él, pero no podía evitar sentirse feliz cada vez que alguien le daba un detalle. La tomó, abriendo la caja y viendo dentro dos anillos. Tomó uno, observándolo detenidamente, viendo su nombre grabado en su interior.

—Seungmin...

—Christopher, ¿serías mi novio? He intentado preparar un discurso cursi que te haga llorar, pero no se me dan muy bien las palabras, te quiero y, ¿es eso suficiente?

—Más que suficiente.—el menor levantó la mirada del obsequio, abrazando al mayor por el cuello y pegándose a él tanto como podía.

—¿Eso es un sí?

—Definitivamente, si.—murmuró, tomando el otro anillo, viendo el nombre de Seungmin grabado en el interior.—¿Por qué decías que te recordaba a mí?

—No lo sé, sólo sentí que te gustarían.—respondió, acercándose cada vez más al más bajo.—¿Puedo tener una recompensa?

—¿Hmm?—Chan se empezó a hacer el desentendido, mirando los anillos e ignorando intencionalmente al mayor.—¿Qué recompensa querrías?

—Un beso, quizá.

—Deseo concedido.


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