𐄹 parada VI

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—I don't wanna get back soon.

Estaban saliendo de clase de la última clase de Inglés que tendrían en el año, y cómo no, Jisung se estaba quejando de la asignatura porque "yo podría enseñarle inglés a ese señor, no entiendo porqué estoy aquí".

—No te preocupes, tampoco vas a volver en mucho tiempo.

—Dos meses y medio no son suficientes para recuperarme del maltrato mental que sufro aquí.

—Ya, pero no podemos hacer nada.

Los dos amigos iban hacia el patio para poder encontrarse con Jeongin para saber qué harían esa tarde después de recibir el boletín de notas.

—¿Les apetece ir a comer o mejor damos una vuelta por la ciudad?— preguntó Jisung, acomodándose en un banco del jardín trasero.

—A mi me da igual, pero decidan ya si van a pasar por el centro para no venir desde casa y quedarme ya ahí.— Chan, que vivía en la zona central de la ciudad, solía quedar con ellos cerca del instituto, ya que era un punto común entre los menores, aunque a veces sí se veían cerca de su casa cuando decidían ir por ahí.

—Creo que vamos por el centro, espéranos donde siempre.


Ya les habían entregado las notas, por lo tanto, Chan ya era libre de volver a casa

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Ya les habían entregado las notas, por lo tanto, Chan ya era libre de volver a casa. Como era costumbre ya, caminó hacia la parada del autobús con los auriculares puestos. Jisung se había quedado con un tal Min-no-sé-qué y ahora le toca ir hasta la parada solo. Tampoco tuvo que esperar mucho para subir, ya que el autobús llegó enseguida, pero quejarse no le venía mal.

Algo cansado por haber madrugado, se sentía a punto desfallecer en medio del vehículo. Pasó su tarjeta para pagar el viaje y se dirigió al final del bus, con los ojos medios cerrados, dispuesto a dormir los 15 minutos de trayecto. Pero su teléfono empezó a sonar, sacándolo momentáneamente de su estado somnoliento. Agotado y con las manos entumecidas, sacó el teléfono de su bolsillo.


Desconocido.
Hola, Channie.
📍

Algo curioso, entró a la ubicación, viendo que quedaba en la siguiente parada. Tenía que ir a casa a dejar sus cosas para llegar a tiempo a su quedada con Jisung y Jeongin, pero se sentía ansioso. ¿Era ese el mensaje del que Seungmin le había avisado? Sus manos empezaron a temblar de sólo pensar que volvería a ver al mayor.

Con las ideas alborotadas, pulsó el botón que indicaba que bajaría en la siguiente parada, recapitulando.

Hacía meses, más bien desde aquella noche en que habló con Seungmin en casa de Changbin, que llevaba hablando con el mayor cada semana. Él ya suponía que Seungmin no tardaría en volver, ya que el curso ya había terminado. Decir que no estaba nervioso era poco, ya que ahora que vería a Seungmin, si es que era él. ¿Qué haría? ¿Abrazarlo o darle un apretón de manos? No eran nada aún, pero cada vez que hablaban se despedían con un "te quiero" ¿Eso le daba derecho a querer abrazarse al mayor hasta no poder más? El mayor le había avisado de que llegaría en cualquier momento, que aún no sabía cuándo exactamente, pero que lo antes posible, y que le avisaría cuando eso pasase. ¿Esa era la señal?

Negó con la cabeza, bajándose del autobús. Debería dejar de ilusionarse, quizá debería volver a subir al vehículo. ¿Quién sabe qué le esperaba ahí? Había pensado en el lado bueno de las cosas, es decir, Seungmin, pero no en que podría ser un secuestrador.

Con el corazón en la mano, dividido entre las dos opciones, avanzó, mirando a su alrededor en el solitario parque. No había niños, ya que era la hora de la comida y todos estaban en sus casas o volviendo de clases.

Un apretón en su hombro lo hizo darse la vuelta, encontrándose con Changbin ahí.

—¿Changbin?

—Hola Chan, yo también me alegro de verte.—el mayor rodó los ojos, tomando al menor del brazo.—¿Por qué has tardado tanto? El bus llegó hace un rato.

—Es que no sabía si me iba a encontrar con un secuestrador o no, genio.

—¿Secuestrador? ¿Por qué sería yo un secuestrador?

—Bueno, es que me has mandado mensaje por un número desconocido. ¿Qué querías que pensara?—cuestionó, caminando junto al pelinegro hacía no sabía donde.

—¿De qué hablas?—el mayor paró, sacando un teléfono que para Chan era desconocido.— Oh, mierda, me llevé su móvil, con razón el nombre con el que te tenía agregado era tan raro.

Bang vió como el chico volvía a meterlo en su bolsillo y empezaron a caminar nuevamente, con Chan confuso.

—¿Agendado raro? ¿Qué dices, Seo?

—Shh, es sorpresa, verás cuando lleguemos.


se acerca el finaaaaaaaal

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se acerca el finaaaaaaaal

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