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𐄹 EPÍLOGO

Ya habían vuelto a clases, Seungmin a la universidad y Chan a su último año.

Seungmin le mencionó al menor que extrañaría verlo al salir de clase, por lo que ambos decidieron siempre guardarse algo de tiempo por la tarde para verse, siempre y cuando fuese posible.

—Chan, ¿por qué tienes tanta prisa? Es aún el primer día, no tenemos casi tareas.—comentó Jisung, mientras recorrían su camino habitual, uno para ir a casa y el otro para tomar el bus.

—No quiero perder el bus, hoy Seungmin me ha invitado a su casa a comer.

—¿Vas a comer con tus suegros? Oh my good, suerte.

—No creo que Seungmin nos haga comer juntos, pero gracias.— se despidió de su mejor amigo agitando su mano, dirigiéndose a su parada.

Esa parada.

No podía evitar sonreír cada que recordaba por todo lo que pasaron ahí, las charlas de quince minutos que tenía con el mayor, la primera vez que se vieron... le había desarrollado un cariño especial.

Subió al autobús, 4419 sonando en sus auriculares.

Incluso estoy sentado en el asiento trasero
Los recuerdos que tuve contigo
Están en lo profundo de mi corazón

Pasó la tarjeta, sintiendo nostalgia por ellos. Era el primer día de clase, y ya extrañaba tener a Seungmin al final del autobús nuevamente. Desde que se fue a Australia que no volvían juntos de clase, y le gustaría volver a rememorar eso. Pero el mayor estaba lejos, en la universidad, y no lo haría venir ahí sólo por él.

—Señor, no tiene saldo.

—¿Qué? Eso no es posible, un momento, ¿puede recargármela aquí?—cuestionó, buscando su monedero.

—Claro.

—No hace falta, ya la paso yo, señor.—otra tarjeta fue pasada por el lector mientras el autobús empezaba a funcionar. Chan alzó la cabeza, reconociendo la voz de su pareja.

—¿Qué haces aquí?

Seungmin tomó la mano del menor, llevándolo al final del autobús para poder sentarse en su asiento de siempre.

—¿No puedo venir a ver a mi novio?— preguntó, pasándole el brazo por los hombros para pegarlo a él.—Hoy salimos antes y me apetecía hacer este recorrido contigo, ¿te molesta?

Chan negó, entrelazando sus manos sobre el regazo del chico.

—¿Sabes? Nunca me gustó ir en bus, pero una vez te vi subir mientras volvía a casa en coche. De hecho, antes me llevaban y me venían a buscar, pero sentí curiosidad por saber cómo era viajar en un autobús al verte correr para alcanzarlo.

—¿Kim Seungmin nunca viajó en autobús antes de que nos conociéramos? ¿Has nacido en cuna de oro o cómo va la cosa?

—Técnicamente si, deja de reírte.—dijo, besando la frente de su novio, sin dejar de sonreír aún así se estaba riendo de él.—La cosa es que me dió curiosidad, y les dije a mis padres que iría en bus ese día en adelante. Quería empezar a relacionarme con más gente, ya sabes, pero prefería estar al final del autobús para observar. Por esto te quité el sitio, aunque quise levantarme en cuanto me miraste de esa forma. Dabas miedo.

—¿Ahora no doy miedo?—Chan frunció el ceño, fingiendo enfado.—Me alegro de que dejaras de ser el niño presumido y subieras al autobús, señorito Kim Seungmin. ¿Te llaman así en casa?

Seungmin negó, soltando una risa por las ocurrencias de su pareja. El autobús llegó a la parada final, al lado de su casa, por lo que bajaron aún de la mano.

—No somos tan ricos, Channie.—contestó, guiándolo por el paseo que había.—Ya hemos llegado.

Chan miró hacia la gran casa de mármol que se alzaba frente a él, alzando una ceja por lo dicho por el mayor unos momentos antes.

—Qué no son ricos, ¿decías eso?— se dió la vuelta, mirando a Seungmin, quién lo miraba con una expresión bromista.

—Bueno, quizá si. Pero, ¿sabes algo?— el más alto posicionó ambas manos en la cintura del contrario, abstrayéndolo hacia él.—Aquí el más rico soy yo, por tenerte.

Bang apretó los ojos, haciendo una mueca y llevando una de sus manos al pecho de su novio, echándose hacia atrás.

—Demasiado cursi.

—Así me quieres.

—Así te quiero.

falta el extraaaa