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𐄹 sexta parada

Hoy Chris pretendía hacer algo diferente, no sólo subir al autobús y sentarse junto a Seungmin, si es que le dejaba un lugar junto a él como lo había hecho los últimos días. Pretendía hablarle, y quizá pedirle su número, o cualquier red social donde poder establecer una amistad.

Mientras esperaba el bus, comenzó a construir los posibles diálogos que tendría con Kim en su cabeza. ¿Le diría que no? Eso sería muy extraño. Ya a nadie le importaba dar su número o cosas así. Era una forma de socializar. Pero quizá Seungmin era diferente.

Subió al autobús con el estómago revuelto, esperando que el chico no se niegue a su solicitud de amistad física.

Sonrió levemente al ver su lugar junto al castaño desocupado, dirigiéndose hacia ahí para sentarse.

—Hola, Seungmin.

Kim alzó la cabeza, viendo a Bang sentarse.

—¿Cómo te sabes...?

—Tu placa, lo pone ahí.

El chico miró su placa, dándose cuenta que Christopher tenía razón. Parecía que iba a sonreír, pero esa sonrisa nunca apareció.

—Bueno, quería decirte que...—tragó saliva, dándose cuenta de que el contrario lo estaba mirando atentamente. ¿Cómo pasaba de ser tímido a tener una mirada tan penetrante?—¿Me darías tú número? Para ser amigos, ya sabes, mantener una amistad, intercambiar palabras, comentar cosas, y...

—Christopher, sé lo que es ser amigos.

Bang alzó la mirada, atento a la respuesta del contrario. ¿Sería raro qué un desconocido con el que sólo coincidías en el autobús te pidiera el número? Es decir, a él no le desagradecería (siempre y cuando fuera Seungmin). Pero no sabía si el resto de personas opinaban lo mismo, o si Seungmin opinaba lo mismo.

—¿Me das tú número y yo te mando mensaje? Tengo el móvil en mano, así no tienes que sacarlo.—Kim alzó el teléfono, encendiéndose este al reconocer la huella de su dueño.

Chan asintió inmediatamente, dictando el número mientras el chico lo copiaba en contactos y lo agregaba.

—Te mandé un hola.—informó, metiendo el dispositivo en su bolsillo.—Por cierto, ¿cuantos años tienes?

—Diecisiete.

—Oh, entonces sólo te llevo un año.

Chan sonrió, asintiendo. Eso significaba que el mayor tenía dieciocho, o sea, ya era legal. Sus nervios habían desaparecido, y se alegraba de que la actitud de Seungmin haya pasado a ser cerrada a una bastante espontánea, a su parecer.

—Tu parada.—avisó su compañero de sitio. Bang había estado tan perdido en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que ya había llegado a su parada, y se había olvidado de pulsar el botón que avisaba al conductor de que querría bajar.—No te preocupes, ya lo pulsé yo. Sólo levántate, que se van a abrir las puertas.

El menor asintió, levantándose de su lugar y dirigiéndose a las puertas, que ya se abrían.

Salió del autobús, y antes de comenzar a caminar hacia casa, se dió la vuelta para despedirse de Seungmin con la mano y con una sonrisa radiante en su rostro.

Todo había salido bien, y ahora podría comenzar una amistad con el chico del autobús.