𝟏𝟒 ⋆ Judicanti responsura

3.7K 347 397
                                    




CAPÍTULO CATORCE JUDICANTI RESPONSURA

CAPÍTULO CATORCE ➤ JUDICANTI RESPONSURA

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

DICIEMBRE 2016

En los días que siguieron, el cielo se vio provisto de nubes grises y el Santuario se volvió un lugar temporalmente silencioso. Las actividades continuaron, pero la gente movía con ligereza las extremidades y procuraba pasar poco tiempo fuera de sus habitaciones además del requerido. La razón no era un misterio; era bien sabido que Arat, uno de los altos rangos de Negan y asumida como intocable dentro de la comunidad, estaba encerrada entre las celdas del subterráneo y aguardaba un juicio durante la semana.

Cualquier cambio en el status quo daba suficientes razones para temer de Negan. Entre la gente, en muchas ocasiones se le trataba como un mito; uno capaz de las atrocidades más inhumanas en caso de cometer algo que le desagradase. Y si alguien como Arat no estaba a salvo, nadie lo estaba.

Habían rumores, claro. Algunos estaban en lo correcto; afirmaban que había asesinado a una adolescente del grupo de Rick Grimes. Otros decían que había intentado tomar el poder del Santuario. Otros que había escupido en su taza de café. Izzy no sabía muchos otros murmullos que trepaban por las paredes de su hogar; había adquirido, al igual que el resto de los Salvadores, un gusto especial por su habitación la última semana.

Tampoco se había cruzado con Carl, ni siquiera una vez. Suponía que había sido prudente darle espacio —Díos mío, de seguro que le herviría la sangre tan pronto como le viese la cara a un Salvador, o los recuerdos se le abalanzarían encima como un torbellino. Por primera vez, incluso Negan había mostrado algún tipo de empatía hacia él, prohibiéndole a los Salvadores visitarlo o llevarlo al ring donde usualmente lo tenía. Aquello no cambiaba el hecho de que Izzy albergaba ganas de verlo por un segundo; muy en el fondo, aunque fuera para ofrecerle alguna clase de apoyo —lo que fuese. La muerte de Enid había sido algo horrible de presenciar, y si hasta ella tenía pesadillas por las noches, no se imaginaba cómo lo estaba pasando Carl.

Izzy acabó de atarse las botas de combate, que en algún momento fueron negras y relucientes, pero ahora estaban manchadas con barro y sangre de personas cuyo nombre jamás conoció. Habían sido un regalo de Alex, cerca de un año atrás, y apenas se las sacaba por lo útiles que resultaban para todo contexto. Las utilizó el día que Negan asesinó al pelirrojo, el día que le dispararon, y hoy las vestía para el juicio de Arat. Cuando salió de su habitación y caminó por el pasillo que conducía a su celda, la suela de las botas produjo un eco vacío y periódico contra la superficie.

—¿Ya es hora? —preguntó Arat cuando Izzy abrió la puerta y la luz le iluminó la cara. No lucía como la Arat que estaba acostumbrada a ver, pero estaba lejos de verse derrotada. Si bien había dejado atrás su medio moño alto y chaqueta de mezclilla negra arremangada hasta los codos, seguía teniendo la expresión dura que tanto la caracterizaba. Solo que esta vez, Izzy no estaba tan segura si es que era genuina.

REQUIEM ⋆ Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora