El Orgullo - Biblia de S. Ridder

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Siempre me disculpo por no escribir, esta vez va enserio, estoy un poco acelerada para hacer las cosas. Los quiero gracias por sus comentarios hoy no puedo pero prometo mañana o pasado contestar todos sus comentarios que me hacen sentir muy bien. Tengo un desastre de vida últimamente, si que disculpen si mueren muchos, la historia realmente me ayuda a desquitarme ¿Se nota? Los quiero! Nos escribimos pronto.


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Sentía como el corazón y mi propia respiración latían al unísono, decenas de cucharas que caían sobre la mesa se unían al ritmo, era la primera vez que estaba tan expuesta frente a tantos hombres. Apoyé el casco sobre la mesa y evite mirar a los ojos a mis sargentos, Winters y Dixon, sólo tenía la mirada fija en el único hombre que no había dejado de tomar sopa mientras esperaba respuesta, el Mayor Patton.


- Es un delito portar documentos falsos - dijo con una sonrisa de lado


- No poseo ningún documento - dije con seguridad, mientras arqueaba una ceja. No me agradaba este escándalo pero al menos me alegraba de poder usar mi verdadera voz que ya parecía haberse acostumbrado a la de Simón.


- No tenés los documentos, pero te estás haciendo pasar por alguien que definitivamente no sos - el hombre de las cientas de insignias se inclinó sobre la mesa - Eso es un delito, señorita.


Suspiré derrotada ante una corta discusión, pero me tomé un minuto para mirar alrededor. Se desató un bullicio intenso entre los soldados que parecía eterno. Podía ver a Judas a lo lejos, indignado, parecía un deja vú, que la vida misma me presentaba el karma del pasado y me hacía ver la cara de Mateo a tan sólo unos metros. A su lado se encontraba Guarnere, quien era empujado por Malarkey con un gesto en la cara de "no lo puedo creer". En otra mesa se encontraba Bruno Silver espantado, estaba pálido como si hubiera visto un fantasma.


- Simona - me llamó el Mayor - Te ves aturdida, no tenemos por qué hablar de esto ahora.


- ¡Esto es una ofensa! - dijo Nixon mientras se paraba de la mesa principal - ¿Acaso te has estado riendo de nosotros a nuestras espaldas? ¿Pensaste que jamás nos daríamos cuenta?


- ¡Llevo años haciendo esto! - contesté furiosa - ¡Tengo más experiencia que muchos hombres juntos de los que hay aquí!


El bullicio se hizo más intenso frases como "Una mujer no nos puede hablar así", "Se burló de nosotros", "podríamos haber muerto en sus manos", resonaron por todos los rincones. Pero una impactó en mí con mucha fuerza.


- ¡Y no saben cuántos han muerto bajo su mando! - el autor de la gran frase fue Bruno Silver, que se encontraba parado prácticamente sobre la butaca de madera, millones de abucheos e insultos llegaban a mis oídos pero eso no me había molestado en absoluto, sino el hecho de saber que alguna vez salvé a ese cobarde de la guerra me llenaba de odio y rencor.


Sentí con la cabeza a todos los insultos, lejos estaban de saber todo lo que había atravesado, apostaba a que nadie sabía los cargos a los cuales había llegado trabajando arduamente.

✝ The Bibles of War ✝    *My chemical romance*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora