CAMINO REAL PARTE 2

Capítulo 211 Objetivo

Cuando la guerra está a punto de comenzar, el incienso del templo de Huai En vuelve a florecer. Por no hablar de las esposas e hijas de los soldados, incluso las familias de los generales del ejército, nueve de cada diez veces, también vienen a quemar incienso. Al fin y al cabo, las espadas y las armas no tienen ojos, y contar con la bendición de los dioses y los budas siempre es un poco más tranquilizador.

Debido al gran número de personas que acudían a quemar incienso, no era conveniente que las mujeres de las familias de alto rango mostraran su rostro. A menudo entran en el patio en un coche ligero y son guiados por los monjes visitantes a las salas laterales para ofrecer incienso. Hoy, incluso el carruaje de la familia del General Fenwei llegó al templo. Sin embargo, cuando el carruaje se detuvo, no fueron las mujeres las que bajaron, sino el propio general Fenwei.

En pocos días, parece que el General Xu Sheng ha envejecido mucho. El reclutamiento de soldados no fue una tarea fácil, el ejército ya se había volcado, y había que ocuparse de los rezagados. Los soldados ya estaban abrumados por las quejas sobre los preparativos de la guerra. Pero eso no fue todo, probablemente debido a que las acciones del gobernador Pei los habían alarmado, incluso las familias de la ciudad comenzaron a moverse mucho, y hubo algunas mareas oscuras. ¿Cómo pueden quedar fuera de esto? En estas circunstancias, permanecer en la casa era un calvario diario.

"General, por aquí, por favor". Un monje visitante hizo un respetuoso gesto de invitación.

Después de hacer acopio de sus emociones, Linghu Sheng no dijo nada y siguió al monje hacia el patio. El patio del templo de Huai En era bastante elegante, con sus senderos sinuosos, los bosques frondosos y el bambú, y la ausencia de incienso y de gente delante, lo que lo hacía muy tranquilo. Tras atravesar el pasillo, los dos se detuvieron frente a una sala de meditación y, después de que el monje visitante les informara, empujó la puerta.

Dando un paso adelante, Linghu Sheng se inclinó ante el hombre sentado contra la ventana de la sala de meditación y dijo: "El último general ve al enviado".

"No hay necesidad de que el General Linghu sea educado, por favor siéntese." Aunque sus ropas eran sencillas y su rostro estaba pálido, la expresión de Liang Feng no era tan tranquilo como la de esta sala de meditación.

Sin embargo, al ver esta mirada en el rostro de Liang, el corazón de Linghu Sheng se alivió y se sentó a la mesa con dignidad. Hoy es una charla secreta, ya que Liang Feng invitó a Ling Huosheng al Templo Huai En para conversar. Después de todo, como general a las órdenes del gobernador Pei, sería inapropiado que ambos se reunieran antes de la guerra, así que era mejor ser discreto.

Una vez sentados y servido el té, Liang Feng dijo lentamente: "Estos días, el general Linghu ha tenido dificultades para reclutar soldados".

"Gracias a su Excelencia, ha convencido al Gobernador Pei de cambiar la conscripción por el servicio militar. Si no hubiera sido por eso, ese día habría habido un alboroto fuera de la ciudad". Ling Hu Sheng suspiró suavemente, "Aun así, al final hubo muchos problemas ......"

No sabe si fue intencionado o no, pero la noticia de que Pei Dun tenía su corazón puesto en Hedong ya se había extendido a las familias Jin Yang. El estado de Pingzhou no es como otros estados y condados, siempre ha sido un lugar en el que la gente es fuerte y dura, y está acostumbrada a luchar, por lo que todas las familias eruditas, grandes y pequeñas, tienen el estilo de realizar artes marciales. Hay muchas familias poderosas en el ejército de Jin Yang, así que la orden de Pei Dun de enviar tropas esta vez fue una puñalada en el avispero.

Aprovechando la debilidad de los Xiongnu, no sería un problema retomar Lishi. ¿Pero atacar a Lishi para romper el cerco de Hedong? Apenas habían recuperado el aliento tras el asedio, así que ¿cómo iban a servir a los demás sin pensar en sus propias familias?