CAMINO REAL PARTE 2

Capítulo 260 Sacudida

Era el momento de abandonar Jizhou lo antes posible. Mirando a sus hombres en el paso de montaña, con los rostros cubiertos de polvo y en desorden, Shi Le se decidió.

Cuando abandonó Qinghe, sólo le quedaban 5.000 jinetes y ni siquiera había reunido a los restos dispersos de sus hombres para atacar los otros condados hacia el norte. Aunque los magistrados estaban de guardia y era más difícil de lo habitual abrirse paso por las ciudades, los hombres que quedaban eran de élite, y con la ventaja de la rápida caballería, pudo conquistar varias ciudades y ampliar sus fuerzas hasta 17.000 o 18.000, y pudo entrar por poco en Youzhou. Pero fue cuestión de días que se enfrentara a la caballería de hierro de Youzhou.

Wang Jun había enviado 50.000 soldados de caballería para asediarlos. Shi Le había oído hablar del poder de los Xianbei, pero cuando los conoció, eran aún más formidables de lo que había imaginado. Los bandidos a caballo que tenía a su cargo ya eran débiles, y con la fuerza del adversario, tuvo que librar varias batallas seguidas, pero incluso con todos sus esfuerzos, fue derrotado. Como siempre, sus soldados de a pie habían sido abandonados, pero esta vez quedaban menos de tres mil hombres. Si se retrasa más, puede que ni siquiera sea capaz de mantener a gran parte de su ejército.

Había lobos y tigres frente a él, pero Shihler no era un hombre obstinado y sabía cómo avanzar y retroceder. Lo más importante ahora es salir de esta zona feroz de Jizhou. En cuanto a su siguiente paso, si se unía a los Xiongnu, no tendría suficientes tropas para ser de mucha utilidad. Pero si iba a Yanzhou o Yuzhou, temía encontrarse con la corte.

Después de pensarlo, Shi Le suspiró. Temía que fuera mejor unirse a los Xiongnu. En cuanto a los hombres, podemos hablar de ello sobre la marcha, y es posible que podamos reunir otros 6.000 o 7.000 hombres si nos abrimos paso. Se decía que Liu Yuan era muy cortés y no lo rechazaba.

Una vez decidido, se movió muy rápidamente. Los tres mil jinetes se pusieron de nuevo en marcha, listos para ir a Leling, para cruzar el río y luego a Pingyang. No había otra salida, después de todo, Ping Yang era como un barril de hierro y no podía ser esquivado. También estaba Yiyan en los alrededores de Qinghe, así que podrían perder sus tropas. Tuvieron que ir más lejos y evitarlo.

La ruta que eligió Shihler era tan buena que incluso dejó de lado el asedio y llegó a Leling en sólo dos o tres días. En el camino, casi se había quedado sin comida y sin hierba, pero gracias al escaso número de hombres, apenas pudo aguantar. Los espías volvieron tres o cuatro veces con la noticia de que el cruce estaba a la vuelta de la esquina y se podía tomar de una sola vez. Todos respiraron aliviados, pero justo cuando estaban a punto de escapar, un grupo de soldados se puso delante de ellos.

¡Fueron los soldados de Bingzhou! Montando en su caballo, Shi Le sintió que su ira subía hasta el cielo. ¿Por qué le han vuelto a detener? ¿Por qué en este momento? Incluso si hubiera sido sólo un día antes, la moral de sus hombres no habría fluctuado tanto. Cuando estaban a punto de escapar, el camino estaba bloqueado, y los que estaban acostumbrados a ser ladrones de caballos no se decidían a morir, sólo se desanimaban y se dispersaban.

Si los últimos soldados se han dispersado, ¿qué más puede hacer para unirse a Liu Yuan? ¿O luchar con fuerza contra el otro bando? Con sólo 2.000 soldados en el otro bando, parecía una lucha que podía tener ......

No sabe cuántos pensamientos rondaban por mi cabeza, pero la caballería con armadura brillante del otro lado no le dio tiempo a decidir. Mientras los cuernos soplaban y los cascos sonaban como un trueno, Shihler tiró de las riendas con odio ante el furioso enemigo y gritó: "¡Retirada!".

La carretera de la montaña era un desastre. Los estandartes habían caído, los cadáveres estaban por todas partes y el relincho ocasional de los caballos aumentaba la lucidez del camino empapado de sangre.