"A ti, aunque nunca hayas podido
tratarte bien. En su lugar, yo seré
el que te quiera."— The Language of flower; Zico & Jehwi.
Seonghwa
He tenido una vida algo solitaria.
Mis padres se divorciaron cuándo yo tenía siete años y desde entonces no sé nada de mi madre. Mi padre, un orgulloso abogado en la familia, se dedicaba a trabajar día y noche por mi. Tristemente, eso provocaba que lo viera en la mañana, con mucha suerte. Por eso, fui criado por mi abuelo.
Tiene mano dura y viejas costumbres, pero hizo de todo por convertirme en lo que soy ahora, aunque no sea lo que quiero ser.
Por eso, cuándo mi abuelo enfermó, nos dedicamos a cuidarlo y junto a él, la pequeña floristería que mi abuela había dejado en su lecho de muerte. Mi abuelo amaba ese lugar y aunque nunca pusiera un pie porque decía que ese lugar era para féminas, no quería demolerlo o si quiera venderlo. Después de persuadirlo y realmente no importarnos un poco su opinión, mi padre decidió seguir adelante con el negocio. Así que recurrió a mi, su único hijo y al parecer único nieto que verdaderamente quiere estar presente.
Dejé mis sueños a un lado por lograr que mi abuelo se sintiera un poquito mejor, que no sintiera la presión laboral sobre sus hombros y la falta de dinero por estar pagándole a dos desconocidos cuándo yo podía hacer todo. Desde vender flores, hasta cuidarlas. No era tan difícil, aunque teníamos que tenerle amor y respeto a ellas. Son tan delicadas, cómo peligrosas.
Pensé que mi vida estaría acabada. Destinada a estar en una floristería, sin lograr nada más. Tampoco me sonaba mal, vamos. Que mi abuelo hizo mucho por mi, he de pagarlo de algún modo u otro. Pero yo quería vivir un poco, ser más yo.
Pero la soledad y el constante pensamiento de se me va el tren, seguían siendo algo que me atormentaba y me robaba las noches de dormir a pensar en el mañana. Hablaba tanto con mi mente que empecé a imaginar cosas... Pero resulta que no, que cierta personita era real y yo no estaba tan loco cómo pensaba.
Y aunque parezca tonto, me siento menos solo cuándo él llega a mi vida. La vocecita que me enloquece y me hace sonreír a cada rato es cómo un audio de relajación que escucharía todo el día.
Tal vez, me he vuelto loco. ¡Que puede ser el caso! Pero, es que su voz no me parece falsa, ni mucho menos un producto de mi imaginación. Es demasiado hermosa para ser creado por mi mente. Pero poco a poco, yo quería más de Yeosang. No sólo escucharlo, quería verlo, ver su sonrisa, darle mimos y abrazarlo hasta el cansancio. Me tocaría conformarme con su rostro dibujado por mi, guardado en mi álbum de trazos.
— ¿Papá?
— Pensé que ya estarías en tu casa, ¿qué haces todavía aquí?
— Me iré en un rato. ¿Qué haces aquí?
Cerré rápidamente mi cuaderno de trazos y cómo tonto busqué a Yeosang. No lo escuché, dejó de hablar o tal vez se fue.
— La semana que viene es el cumpleaños de tu abuelo, así que vine a adelantar trabajo para cerrar esa semana. Sabes que le gusta tomarse su tiempo libre desde que tu abuela se nos fue.
Asiento, sin más qué decir. Más por el hecho que todavía estaba buscando a Yeosang, pero no obtenía ninguna señal de su presencia. Opté por terminar todo con mi papá y luego irme a casa. Hablaba solo por el camino, en un susurro realmente, esperando una respuesta pero no volví a escuchar de Yeosang lo que restó de la noche.
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Cursed Eyes » SanWoo
Фанфик» Wooyoung tiene el don o la maldición de poder ver más allá de lo que un ojo normal puede ver. Él puede ver fantasmas. Humanos que murieron y que todavía no pueden cruzar a la otra vida. Su abuela siempre le dijo que era una bendición, pero Wooyou...