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— Y le agregan un toque de romero —concluye, haciendo lo recién explicado—. Ahora solo lo remueven por un rato hasta que lo prueben y sepa bien.

Mis padres miran sorprendidos cómo Aiden revuelve la sopa en la olla.

— ¿Y todo eso lo aprendiste solo? —pregunta papá, aún incrédulo. Aiden sonríe, orgulloso.

— Bueno, crecer sin gente que vea por mí y con mucho tiempo libre y hambre tiene sus frutos —detiene las vueltas del cucharón y toma un poco de la sopa dentro de él, para después probarlo. Mira la pared con el ceño fruncido durante un par de segundos y luego asiente—. Creo que está listo.

Le pasa con cuidado la cuchara a mamá, advirtiéndole con voz quieta que está caliente. Ella, emocionada y tras soplar, toma un sorbo. Abre los ojos y con la mano libre da ligeras palmadas sobre el brazo de papá.

— ¡Está buenísimo! —exclama ella, intercalando miradas de Aiden a mi papá. Le pasa la cuchara a él— ¡Prueba!

Papá hace caso y su reacción inmediata es muy similar a la de mamá —sin las palmaditas.

— ¡Aiden! —pronuncia, impresionado— Esto está muy bueno, tienes un talento natural para la cocina.

Él, avergonzado, pone una mano en su cuello.

— No es para tanto —murmura, sonriente, viendo cómo mamá toma el resto del contenido de la cuchara y se apresura a tragar para poder hablar.

— ¿"No es para tanto"? Aiden, seguro después de este almuerzo mi esposo se va a separar de mí por no cocinar ni la mitad de bien que tú —los dos hombres cerca suyo ríen.

— Tiene un punto —comenta mi papá, a lo que mamá le propina un caderazo.

— No diga eso, Rose —empezó a llamarla por el nombre desde hace un par de días, que mi mamá se hartó de la formalidad del "Señora Allen"—. Usted cocina muy bien.

Mamá hace señas para que me acerque a probar. He estado presenciando la escena desde el otro extremo de la cocina, debido a que como le conté aquella vez a Aiden: lo único que sé hacer es pan, y me iba a ver como un tonto si pretendía entender qué rayos estaba haciendo él en la hornilla. Eso se lo dejo para la gente de casa que sí toca el horno. ¿Pero comer? ¡Yendo!

Aunque a pesar de haber estado escuchando la conversación, no presté atención a la explicación en absoluto.

Me acerco y Aiden vuelve a llenar el cucharón con sopa, luego pasándomelo. En el intercambio, nuestras manos se rozan por una fracción de segundo.

Pruebo y comprendo la razón de las reacciones de mis padres. En efecto, está delicioso.

Su mirada sobre mí parece más inquieta que cuando eran mis padres los que estaban degustando, pero al ver mi reacción se alivia un poco.

— Nunca te voy a perdonar que cuando te he pedido probar algo de tu comida me hayas dicho que no porque "era una sorpresa" —le digo, logrando que ría—. Está demasiado bueno, en serio.

— Me alegra que os guste —suspira, luego tomando otra vez el cucharón—. Bueno, id a la mesa, en unos minutos os sirvo los platos.

— Oh, no te preocupes, Aiden —se adelanta mi mamá—. Ya hiciste mucho preparándonos esto, déjame servirla yo —pero Aiden niega con la cabeza.

— Yo insisto, estaría complacido de hacerlo —sonríe con calidez. Mamá se pone una mano sobre el pecho y mira a papá.

— Eres muy amable. Muchas gracias —contesta ella, y tras que papá le dirija también una sonrisa de agradecimiento asintiendo la cabeza, se disponen a salir.

redhead || foxtrap fnafhs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora