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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈. 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐕𝐈𝐈
𝐋𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐮𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝
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Sofía Gatel llevó a la joven Burgess hacia su casa, la cual no estaba tan lejos de la Mansión Burgess. La guió hacía arriba y dejó que Bianca entrará por ella misma a la habitación que tenía frente de ella, la cual en el pasado pertenecía a su amiga Clarisse. En esa habitación habían tenido tantas aventuras, habían creado historias de monstruos y princesas y jurado innumerables veces: esa había sido su infancia.
Bianca tomó la perilla de la puerta y girando con lentitud la abrió lentamente. Al ver en su interior, Bianca se quedó inmóvil en su lugar y una leve expresión de sorpresa se pudo ver en su rostro.
Clarisse Gatel permanecía acostada en su cama, con sus ojos cerrados y sumamente tranquila, tanto que a Bianca le perturbaba.
—Clarisse. —llamó con un nudo en la garganta.
Pero la pelinegra no le respondió.
Bianca camino hacia hasta la cama donde estaba Clarisse se sentó en la orilla de esta y tomó la mano de Clarisse. A pesar de su contacto, la joven no abrió los ojos ni siquiera hizo ni un movimiento.
—¿Qué le sucede?, ¿por qué está así? —preguntó con un nudo en la garganta volteando a ver a Sofía.
La mujer de mayor edad limpió sus lágrimas y se sentó al otro extremo de la cama mirando con tristeza a su primogénita. Su manos apartaron el mechón que caía en su rostro y lo acomodo detrás de su oreja.
—Nadie lo sabe —respondió Sofía agobiada — nadie nos puede decir que le pasa a nuestra niña. Su padre ha viajado por todo el mundo buscando a un doctor que nos pueda decir que le pasa pero nadie nos puede dar una respuesta.
—¿Cómo le pasó esto? —preguntó de nuevo Bianca.
—Solo fue a dormir. —respondió Sofía.
—¿A dormir? —preguntó con incredulidad.
—Como cada noche, Bianca. Ella durmió y ya no despertó, se hundió en sus sueños. —comentó Sofía acariciando el rostro de su hija —. Sorprendentemente no es la única persona en el mundo que le sucedió esto.
Bianca frunció el ceño, perpleja, pues no entendía a lo que se refería. ¿Había más personas con la misma condición de Clarisse? Se preguntó. ¿Cómo es que no estaba enterado de ello?
—Le dicen la enfermedad del sueño —comentó Sofía haciendo que Bianca levantará su mirada —. Muchas personas que fueron a dormir nunca se despertaron.
