Capítulo I

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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈

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𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈. 𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐕𝐈𝐈𝐈

𝐄𝐥 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐟𝐮𝐠𝐚𝐳.
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—¿Qué te sucede, Bianca? —preguntó Alexander preocupado al ver el estado de su hermana.

Bianca no dijo nada y  se acercó a él algo nerviosa e impaciente.

—Tenemos que irnos —susurró Nadine en voz baja —. No te quites tu ropa, mejor ponte algo más abrigador.

Bianca se alejó de Alexander y caminó hacia su armario comenzando a buscar un abrigo entre su ropa.

Las palabras de su Bianca confundieron más a Alexander. No entendía a dónde quería llevarlo a estas horas y porque se veía tan nerviosa.

—¿Por qué? —preguntó Alexander —. No entiendo nada.

—Liberaré a Morfeo esta noche —confesó Bianca tomando un abrigo azul rey del armario y caminando de nuevo hacia Alexander.

Alexander se atónito, inmóvil en su lugar.

—Tenemos que irnos para que padre no nos haga daño cuando se dé cuenta.

Cuando pudo procesar lo que su hermana le acababa de decir, Alexander negó rápidamente y tomó a su hermana por los brazos deteniéndola.

—No, no puedes hacer eso  —dijo Alexander nervioso —. Te pedí que no te involucrarás más con él.

—Lo lamento, pero no puedo seguir permitiendo esto, Alex. Le prometí a Randall que te llevaría por el camino correcto y no lo estoy haciendo. — Bianca soltó un largo suspiró y se puso a la altura de Alexander.

—Jamás debí permitir que te pusieras en peligro, debí detener a papá y protegerte de él pero...

—Ya es tarde —dijo Alexander interrumpiendo a Bianca — y ya no puedes hacer nada, si lo haces ahora padre te lastimara y mucho. Ahora tú tienes que detenerte, Bianca. Deja a un lado a Morfeo y piensa en ti.

—No, no lo  hago solo por el también por ti para protegerte. Porque incluso con Morfeo encerrado padre te seguirá golpeando… no estamos seguros con él tampoco.

Alexander desvío la mirada y siguió negando con desaprobación, no estaba de acuerdo con la idea de su hermana y no quería ser partícipe de ella ya que ambos se pondrían en gran peligro.

—Si lo haces el se irá y no volverá ¿lo sabes? —preguntó Alexander refiriéndose a Morfeo.

Sabía qué ese era su punto débil y si lo volvía a tocar tal vez Bianca podría cambiar de idea.

𝐁𝐢𝐚𝐧𝐜𝐚 (𝐌𝐨𝐫𝐩𝐡𝐞𝐮𝐬) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora