-Frankelda, Frankelda despierta- llama una dulce y tierna voz que pone sus manitas encima de las mejillas de la escritora y empieza a darle palmaditas que no logran despertarla. Al no encontrar respuesta la chiquilla usa otras técnicas.
-¡¡¡¡¡¡FRANKELDA!!!!!- grita la vocecita chillona de Calabaziña haciendo que la fantasma se exalte y atraviese el colchón con sus "habilidades fantasmales" accidentalmente.
-¡¿Qué, qué pasa!?- pregunta ella sacando la cabeza. Al percatarse de que literalmente estaba atravesando la cama, la fantasma pegó un salto como un gato asustado arriba de la cama.
F: ¡¡Atravesé la cama!! ¿Cómo rayos lo hice?.
C: No lo sé... ¡Enséñame!
La pobre muchacha estaba totalmente asustada y Calabaziña totalmente fascinada. Frankelda no había caído en cuenta de esta curiosa habilidad. Si, lo había hecho en otras ocasiones, como la vez que conoció a Sirena, Gnomo y Coco Jr., la ocasión en la que atravesó el ala de Herneval para verlos mejor, aunque en esa ocasión lo había hecho muy rápido y distraída, lo cuál hizo que no se percatara, aunque aquí ese no fue el caso
Frankelda, algo curiosa, trató de hacerlo de nuevo intentando traspasar su mano en la cama, pero esta vez no funcionó.
-Seguramente debo practicarlo- pensó. -Hablando de cama... ¡¿Cómo terminé aquí?! Espera, ¿Me dormí? ¿En qué momento? ¡Agh, estaba tan cansada que ya ni lo recuerdo!- exclamó la fantasma.
La niña calabaza que se encontraba perdida porque se había dormido temprano y no pudo estar presente acompañando a la pecosa en su trasnochada, se bajó de la cama y subió al escritorio como había hecho antes con la butaca encontrándose con una carta que no estaba ahí anoche. Cabe mencionar que aunque la cabeza de Calabaziña era tan pequeña tenía una gran memoria bastante prodigiosa.
-¿Frankelda, esto es tuyo?- preguntó ella.
La pecosa que se estaba desperezando miró con curiosidad la carta que decía en una letra muy familiar.
Para: Frankelda
En ese momento ella se preguntaba:
-¡¿A qué horas Herneval dejó eso aquí!?- Después de haber leído un poema del puño y letra de él, ya reconocía su letra.
Fue así que empezó a desdoblar la carta y a leer su contenido para sí misma.
Querida Frankelda.
Sé que no hemos tenido mucho tiempo para hablar, supongo que has estado ocupada en tu trabajo e igualmente así ha sido conmigo.
Me disculpo por entrar sin avisar a tu habitación, pero es el único tiempo libre que pude conseguir y no caí en cuenta de que ya estarías dormida, en serio lamento si te incomodé.
Estuve viendo tu trabajo más reciente, espero no te moleste que lo haya visto sin tu permiso, es que me sentía algo curioso.
La verdad admiro tu ánimo por ayudarnos, pero no me gustaría que te sobrecargaras tanto, no quiero que te sientas presionada o estresada por las responsabilidades, yo mejor que nadie sé cómo es eso y no soportaría que escribieras tus historias con estrés y sin deleite. El arte bajo presión es lo peor que puede existir, ya que comúnmente el autor no se siente bien con su obra después cuando ya está terminada debido a la presión que recibió al hacerla, es una de las pocas lecciones importantes que Procustes me ha dado.
Y así lo he ido aprendiendo y no me gustaría ver que no disfrutaras escribir, ya que esa es tu pasión. Tranquila, un poco de descanso no es un crimen, a veces te deja ver las cosas más claras.
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Experiencias en el Mundo de los Sustos/ Franfic de Frankelda
Fanfic¿Cómo es que Frankelda y su amado libro Herneval, quedaron encerrados en una casa abandonada durante 150 años? ¿Qué pasó antes? Si eso quieres saber, en este fanfic devolveremos algunas páginas atrás de esta historia ya que pasaron muchas cosas de l...