Al día siguiente...
- ¡Señor Procustes! Leí cada libro que me dejó, ahora ya estoy lista-. Frankelda llegó a la casa del pesadillero llena de emoción y disposición, algo que a este le disgustó bastante.
-¿En serio, en un día?- preguntó la araña.
P: Entonces dime, ¿Por qué surgieron los pesadilleros?
F: Por la escases de temor.
P: Ehm, a ver, ¿Cómo se crean las pesadillas?
F: A través de los pergaminos de los sueños. Los que están totalmente vacíos representan los sueños puros, que solo el portador es capaz de ver, pero una vez ese pergamino se mancha una pesadilla lo atormenta.
Procustes quería corchar a Frankelda con alguna de las preguntas, pero no lo lograba. Ella leyó a detalle cada parte y Wolfy le contó lo que había leído de su parte al pie de la letra, pero una pregunta se le complicó.
-¿Por qué fuimos desterrados?-
Frankelda no recordó nada sobre aquella pregunta, tenía algunas respuestas improvisadas, pero ninguna le parecía la adecuada. Pensaba que seguramente esa respuesta estaba en una de las hojas arrancadas, aún así estaba acorralada, sentía presión, no quería ser una decepción; en nada de lo que leyó se tenía esa información, eso creía, pero no estaba segura, tal vez si lo había leído aunque no lo recordaba, era demasiada presión.
-Disculpe amo- interrumpió Webber-. Leí esos libros de principio a fin y ninguno tiene esa información que le solicita a la chica, todo sobre el destierro fue prohibido por los reyes-.
Procustes lo sabía, solo que quería evitar a toda costa que la fantasma fuera su asistente, pero ahora había quedado como todo un mentiroso y había infringido una ley.
-Ah, que pena, en serio. Creo que en ese caso, tu siguiente lección es... - Procustes ya no sabía qué pedirle, no era muy creativo, pero quería tener a la fantasma lo más lejos posible.
-¡Lo tengo! Recorrerás todo el castillo y lo conocerás de pies a cabeza, un buen pesadillero reconoce todo el castillo para conocer a la gente que habita en él y a saber a quienes se puede acudir según las circunstancias que se presenten-. Aunque tenía razón, el castillo tenía muchas habitaciones, ¡parecía un laberinto!, incluso era más confuso que un laberinto o que un castillo humano.
Al igual que la vez anterior, Procustes no dejó que la escritora dijera una sola palabra al respecto y solo la despachó del lugar. Así que otra vez se tendría que devolver al castillo para hacer su segunda tarea.
Al llegar recibió las mismas miradas anonadadas de los sustos, pero solo se dirigió a seguir con su tarea. Al menos, gracias a esta, pudo ver el castillo con más detalle, era muy elegante y al mismo tiempo algo confuso. Había muchas habitaciones y corredores, pintados de verde o púrpura sombrío. También había algunas esculturas, armaduras con formas muy raras, como si fueran para la anatomía de un monstruo.
-Ah, claro, es el mundo de los sustos, ya no debería sorprenderme. Tendré que acostumbrarme-.
Y algunas pinturas de sustos que posiblemente podían ser de la familia real o sus ancestros.
Había muchas habitaciones, unas pequeñas y otras enormes, posiblemente para adecuarse al tamaño de cada susto.
A pesar de ser tan impresionante era agotador recorrer ese castillo, cuando creías que ya lo habías visto todo te encontrabas con otra habitación, y al final descubrías que ya la habías visto, solo que era diferente. La verdad era muy confusa aquella morada, perderse no sería muy difícil.
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Experiencias en el Mundo de los Sustos/ Franfic de Frankelda
Fiksi Penggemar¿Cómo es que Frankelda y su amado libro Herneval, quedaron encerrados en una casa abandonada durante 150 años? ¿Qué pasó antes? Si eso quieres saber, en este fanfic devolveremos algunas páginas atrás de esta historia ya que pasaron muchas cosas de l...