Capítulo 10

284 41 11
                                    

-Aún no sé lo que haré -declaró Serenity, al cabo de unos segundos-. No estoy segura de haber entendido bien el trabajo.

Endymion pensó que estaba mintiendo. Normalmente, Serenity no necesitaba que le explicaran dos veces la misma cosa. Era evidente que le pasaba algo.

-¿De verdad? Bueno, en tal caso intentaré ser más claro. ¿Al leer la obra de Steinbeck, no has reconocido a alguien, a algún amigo, conocido o familiar, en alguno de los personajes? ¿No has sentido algo especial en alguna escena? Si lo has hecho, es posible que hayas identificado la situación con alguna experiencia, tal vez personal.

La expresión de asombro de Minet llamó la atención de Endymion.

-¿Qué ocurre, Minet? ¿Quieres compartir algo con el resto de la clase?

-Bueno, yo...

-Venga, suéltalo. Toda idea es bienvenida. ¿Has identificado alguna situación de la novela con algo personal?

Minet asintió.

-Mi padre se quedó sin empleo el año pasado, aunque ha encontrado otro hace poco tiempo. Sin embargo, mientras leía el libro pensé en él. La historia de Tom Joad y de los otros personajes que buscaban trabajo hizo que pensara en lo que se siente cuando estás en el paro, en lo que sentía mi padre. Pero no sé si podría escribir sobre ello.

Endymion sospechaba que tenía miedo de avergonzar a su padre.

-Bueno, puedes limitarte a comparar los problemas que tenían los trabajadores en la época de la depresión, a la hora de encontrar un trabajo, con los que tienen ahora. Porque estoy seguro de que tu padre no se quedaría sentado a esperar que lo llamaran.

-No, claro que no. Envió muchos currículums y hasta se puso en contacto convarias empresas a través de Internet. Pero tienes razón... sí, podría preguntarle al respecto. Vaya, ahora que lo pienso puede ser un trabajo interesante.

Endymion sonrió.

-¿Lo ves? Ya has entendido el trabajo. Alguna otra pregunta?

Varios alumnos levantaron las manos. La reacción de los alumnos animó a Endymion.

Su trabajo merecía la pena, precisamente, por eso. Era lo único que justificaba las aburridas horas que pasaba corrigiendo exámenes, las interminables reuniones con la administración o las horas y horas perdidas ante alumnos apáticos o insolentes.

De todas formas, no hablaron todos los estudiantes. Y uno de los silencios más notables fue el de Serenity. Pero Endymion estaba muy contento, porque sabía que había despertado el interés de los chicos. Cuando miró su reloj, comprobó que sólo quedaban cinco minutos para que sonara el timbre.

-Bueno, no os olvidéis del trabajo. Tenéis dos semanas para hacerlo. Yo os ayudaré con la composición, pero el contenido es asunto vuestro. ¿Comprendido?

Seiya levantó una mano.

-Quería recordarte que la semana que viene estaré fuera tres días.

La sonrisa de Endymion se desvaneció. Seiya tenía que visitar varias facultades que le había ofrecido un puesto en sus equipos deportivos. A Endymion no le agradaba la obligada ausencia de la estrella deportiva, pero sabía que era algo importante para él.

-Lo sé. Pero, ¿a dónde quieres llegar?

-El nuevo trabajo me va a llevar más tiempo que el anterior. Y tengo que hacer dos trabajos más para otras asignaturas antes de marcharme, así que...

Endymion no estaba dispuesto a ceder en ese asunto. Sobre todo porque la vida académica en la universidad sería aún más dura para Seiya.

-En tal caso será mejor que empieces de inmediato. Para el martes que viene quiero un borrador de tu trabajo en mi escritorio.

Bajo Otra EdentidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora