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En las montañas en un monasterio de ayuda psicológica está el joven Lan Wangji, le ayudaron a entender que las personas no son propiedad de nadie, que son libres de estar o no con alguien, aunque ese alguien les ofrezca una buena o mala vida, al principio se resistía a entender por qué el tenía que ser el culpable de todo lo que había pasado, pero poco a poco con ayuda de los expertos fue reconstruyendo sus propios conceptos sobre el amor, la relación de pareja y la fidelidad hacia aquellos que escogemos para formar nuestra familia, ahora le hacía falta mejorar su concepto de si mismo para reeducar su autoestima y no poner su bienestar por encima de cualquier otra persona que el considere inferior.

En la mansión Jin el doncel Wen Chao con su pancita de ocho meses y medio de embarazo ayudaba a su esposo a comer algo que le asentara el estoma pues no había dejado de vomitar todo lo que comía, después de que regreso de la fiesta a la que fue invitado por su padre, seguramente lo que comió ahí le provoco una infección tendría que preguntar a su padre que tipo de comida sirvieron o llamar al doctor para que lo revisara, al final optó por el doctor, así que esa misma tarde Zixuan estaba descansando en su cama con su esposo alimentándolo en le boquita para que comiera.

Xuanyu viajaba rumbo a Francia había metido sus documentos a una academia de moda para estudiar los siguientes seis años , su hermano le había dicho que podría hacer con su vida lo que el quisiera así que, decidió que ya era hora de seguir su vida, dejar de hacerse la víctima, tomar su parte de responsabilidad en las cosas que le sucedieron, así que a pesar de que le preocupa alejarse mucho de su familia, se mentalizo que si no podía con la distancia simplemente regresaría a donde lo esperarían con los brazos abiertos, su hermano, cuñado y futuro sobrino.

En la mansión jiang las cosas estaban más que animadas los comensales preparaban la carne para comerla en compañía de los dos invitados de honor que aún quedaban pues al señor shi le dió un derrame quedando en estado vegetativo así que los doctores dijeron que no era saludables comerlo, lo cortaron en pedazos más grandes y lo llevaron a la cocina de la mansión para que lo refrigeraran para otra ocasión.

Ya en la mesa principal solo quedaban Guansang y Wang She, en las sillas de seguridad, veían con horror como la carne viceras y órganos vitales de sus amigos eran deborados con avidez por los invitados, incluso los obligaron a comer algunos bocados que terminaron manchando su ropa de vómito al saber que era carne de ser humano, ahora entendían por qué los habían echo convivir, los trataron tan bien, los alimentaron con platillos de primera, estaban engordando cerdos para este banquete de depravados , además que al hacerse más cercanos sus mentes hacian que el dolor de ver cómo mutilaban a esa persona importante con la que se creo un vínculo era tratada como carne de ganado.

Zhan se acercó a Jiang Cheng con la intensión de resguardarse, era una escena muy sangrienta para el, pues nunca en los años que vivió junto a su esposo y suegra vio algo parecido, el siempre estubo elejado de todas esas cosas de trabajo de su familia, su vida era otra, jamás presenció un atentado, interrogatorio o trabajo de su esposo, así que quiso sentarse en las piernas del hombre, cuando oyó un grito que al jiang lo hizo levantarse de golpe y a el caer al suelo de pompas, así te quería encontar puerco,  retumbo en la sala la vos del doncel.

Yang dejo de chupar el pene de su marido, Ning solto los cabellos de su pareja, Quing Su corrió hacia su esposa, pues aún tenía clara la escena donde ying la revolcó de los pelos para sacarla de la habitación del jefe, Jiang Cheng se paralizó viendo a su difunto esposo parado ahí furioso con ojos inyectados de irá pero vivo acaso era una alucinación por motivo de su aniversario luctuoso.

Zhan corrió rumbo a la habitación de los niños para traerlos con su madre, igual con eso se tranquiliza un poco, ya que vio la furia en ese pequeño cuerpo que amenazaba con más sangre de la que ya había visto si no le explicaban, que el no quería tomar lo que no era suyo, solo hacia su parte del trato que hizo con la segunda al mando de la organización, Ying comenzó a caminar hacia su marido, este lo miraba con ojos de añoranza, al estar más cerca el hombre callo de rodillas, al sentir su mano en su cara se abrazo a él llorando de manera desordenada, apretaba el cuerpo de su marido con ansias de fundirse en el, respiraba su olor era su esposo en verdad estaba ahí o había logrado morir el día que lo intento y ahora la vida lo estaba regresando al mundo junto a su amor.

Sin salida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora