2. Un poco más alto

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Hoseok llegó a su departamento, estaba algo cansado, tardó media hora para que Yoongi comprendiera que no iba a permitir que lo llevara, ya que el tenía su propio auto.

La semana había pasado algo rápido, las clases avanzaban bien, eran pocos sus alumnos, pero todos eran muy enérgicos.

— No quiero cocinar — murmuró mientras veía lo que había en el refri, aún no cobraba su sueldo, por lo que no había hecho la despensa y no deseaba tocar el dinero que su padre le seguía depositando.

Tomó el móvil al escucharlo sonar.

— Hola Seok, te parece bien adelantar la salida, que tal una cena en un restaurante a mi elección. ¿Aceptas? — escucho al otro lado de la línea.

— Depende — respondió con una sonrisa mientras cerraba la puerta de su refri.

— ¿De qué? Si quieres besos solo debes pedirlos — respondió en un tono coqueto el mayor.

— De qué yo llegué en mi auto, envíame la dirección y estaré ahí — le respondió sonriendo.

— Era mejor la idea de los besos, pero esta bien, nos vemos ahí en media hora — habló antes de colgar.

Hoseok sonrió recargandose en el refri, sintiendo las mariposas llenar su estómago.

Se dio una ducha rápida, para después estarse viendo al espejo, se coloco un conjunto en negro y blanco, con un abrigo negro, un poco de maquillaje, lo pensó un poco en tomar otro supresor, pero lo hizo.

— Es solo una salida entre jefe y empleado — se dijo mientras se veía al espejo.

Tomó las llaves de su auto, su billetera y su móvil, para después salir.

El lugar estaba relativamente cerca, detuvo su auto, dejando que aquel hombre lo acomodara, subió las pocas escaleras hasta llegar a la entrada.

— Buenas noches, me está esperando Min Yoongi — murmuró a la señorita.

La chica asintió, pidiendo su abrigo para antes de guiarlo, antes de estar cerca de la mesa, pudo verlo, luciendo esa peculiar sonrisa en sus labios.

— En un momento les traerán las cartas — habló la mujer antes de retirarse.

— Permiteme decirte que luces hermoso — dijo en seguida de que la mujer se marchó, Hoseok sonrió negando.

— Hay cosas que simplemente no sé pueden negar — le respondió el menor.

Yoongi sonrió, tomando las cartas que le entregaban, una a cada uno, comenzando a ver, pero el tenía en claro lo que deseaba pedir.

— ¿Qué fue de ti? Después de irme al intercambio no supe de ti — Yoongi dejó a un lado la carta.

— Terminé, en donde hice mis practicas me contrataron, después Jimin me menciono de esta vacante y fui a la entrevista, no sabía que era tuya, no supe nada de ti después que te fueras — respondió —. Tenía la esperanza de al menos poder verte en la universidad — confesó dejando a un lado la carta.

— Surgió la oportunidad, además sería difícil para mí quedarme ahí, si quieres pensar que fui un cobarde, quizá lo sea, lo que sí, es que ni siquiera trate de olvidarte, de igual forma no habría podido hacerlo — colocó su mano sobre la mesa, Hoseok la tomó enseguida —. Me gustas como el primer día Hoseokie — añadió sin dejar de verlo.

Hoseok iba a responder, pero llegó el mesero pidiendo la orden, lo hicieron sin soltar sus manos.

Después de la cena, salieron a caminar un poco, tomados de la mano, veían las luces de la ciudad, algunas parejas caminando por las aceras, ya era un poco más común ver omegas hombres saliendo con Alfas hombres, pero algunas personas lo seguían viendo mal.

— ¿Es correcto esto? — preguntó Hoseok mientras se recargaba en el tronco de un árbol.

— ¿Qué cosa? ¿Recargarte en un árbol viejo? — preguntó Yoongi.

— No, me refiero a salir con mi jefe — respondió sin soltar la mano de Yoongi.

— ¿Ya estamos saliendo? — Yoongi sonrió de una forma juguetona, provocando que Hoseok se sonrojara.

— ¿Quieres salir conmigo Yoon? — preguntó cerrando sus ojos.

— Quiero muchas cosas Seokie — el mayor se acercó más, acariciando la barbilla del menor para que no bajara la mirada.

— ¿Te has dado cuenta que sigues siendo más bajo que yo? — preguntó Hoseok con una sonrisa nerviosa.

— Si, cumples perfectamente ese punto de mi lista, pero no cambies de tema Seokie. ¿Sabes que es lo que mas deseo ahora? — preguntó sin dejar de verlo, sintiendo sus respiraciones chocar.

— No tengo idea — esta vez el tono juguetón estaba en la voz del menor.

— ¿Puedo besarte? — murmuró casi acariciando los labios del menor.

Ambos cerrando sus ojos, sintiendo las marcas cosquillear y las mariposas revoloteando en sus estómagos.

— Si por favor — respondió antes de sentir el toque suave de los labios del mayor sobre sus labios.

Un beso que ambos habían añorado desde hace años, el mismo que les hacía sentir que eran esos jóvenes otra vez, en aquel salón donde fue su primer beso.

Si encajas en mi lista - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora